Escenario general:
Vamos a hacer un ejercicio práctico, simple (hasta simplista, por los matices), pero revelador. Una advertencia para el lector: en los siguientes gráficos no dirija la vista al ángulo superior izquierdo (donde aparece el nombre del subyacente), ni al margen derecho, que es la escala de precios. Fíjense exclusivamente en el gráfico, en la evolución de las distintas velas, poniendo mayor énfasis en las más cercanas, que se corresponden con las últimas semanas.
Allá vamos:
1)
2)
3)
4)
5)
¿Ya los ha visto? Bien, pues ante la observación de estos gráficos, pocos analistas dudarían de que todos ellos tienen un aspecto inequívocamente alcista, sea en modo tendencial (gráficos 1 y 2), sea en modo rebote (gráficos 3, 4 y 5). Ni siquiera hace falta ser un avezado analista técnico para concluír algo tan evidente.
Y resulta que ésos son los respectivos gráficos del DJI, SP 500, DAX, Eurostoxx 50 y del Índice sectorial bancario europeo, pero en escala invertida; es decir, puestos al revés (observen que el margen de los precios va de más a menos). Así pues, lo más razonable es pensar que todos esos índices van a seguir cayendo (he puesto sólo 5, pero el conjunto de los índices mundiales presentan el mismo aspecto).
Este ejercicio tan simple (por el que, desde ya, pido disculpas a mis colegas técnicos) me lleva a hacer las siguientes reflexiones en modo pregunta: ¿Por qué nos cuesta tanto ver las cosas como son en ambos lados del mercado?, ¿por qué en el lado alcista lo tenemos claro, y en el bajista, no, o no tanto? Las respuestas son variadas: No queremos reconocer lo que va en contra de nuestros intereses (incluso, sentimos la necesidad de matar al pregonero); siempre pensamos que las caídas son algo muy, muy pasajero (obviando la historia); prescindimos de la lógica que puede acompañar a un período bajista prolongado aferrándonos a los argumentos micro y macro que puedan justificar la continuidad de un escenario alcista (en realidad, quien quiera encontrar argumentos para cada lado del mercado, los va a encontrar; de ahí también la disparidad de criterios entre analistas en momentos como el actual); en fin…que las cosas no van tan mal como las pintan los cenizos de turno.
Y hay otra razón, de mayor peso: No tenemos instalado en nuestro ADN el chip bajista, o es de menor tamaño que el alcista. Esto se pone de manifiesto en un indicador tan importante como es el ratio put/call, medidor de opinión contraria. Si lo observan, casi nunca está por encima de 1; es decir, por muy alto que sea el sentimiento bajista, casi nunca hay un mayor número de opciones vendidas que compradas (en el momento actual está en la zona de 80, más alto de lo acostumbrado). Y ya entramos en el terreno de la psicología, la de la masa; por mucho que nuestra cultura financiera es cada vez elevada y por mucho que disponemos de las mismas herramientas para actuar a ambos lados del mercado (son las mismas que las de cualquier profesional), seguimos prefiriendo ganar dinero comprando para vender después, que viceversa, cuando el resultado es el mismo. Sólo deberíamos preocuparnos de lo realmente importante, o sea, detectar la tendencia correcta en cada momento. Y obrar en consecuencia.
Por supuesto, hay muchos otros factores que inciden en el lado alcista; sin ir más lejos, la actividad más típica de las sociedades de inversión colectiva, muchas de ellas condenadas hasta por ley a ganar dinero exclusivamente en mercados alcistas. Por eso también los períodos alcistas históricamente son mucho más duraderos que los bajistas, amén de los propios ciclos económicos.
Vuelvo al origen de la reflexión, otra vez con una pregunta: ¿Con esta argumentación estoy invitando a vender lo que tengamos en cartera como si no hubiera mañana, o a tomar posiciones cortas de manera indiscriminada? En absoluto. Pero sólo porque nunca tendremos la certeza total de lo que va a suceder en el futuro, y el mercado nos puede quitar la razón en una sola jornada; es lo bonito y lo paradójico de este negocio. Pero sí hablamos de una gestión de probabilidades.
Y en base a eso, y a la vista de los gráficos que he expuesto, todos coincidiremos en que lo más normal es que las cosas siguieran subiendo. Y cuando sabemos que están en escala invertida, y que, por lo tanto, son bajistas con muy pocas dudas razonables, pues…Hay que otorgar en el momento actual más probabilidades a un escenario de continuidad bajista que al contrario.
Y, si no sucede así, para eso están los stops de pérdidas. Pero ¡qué poquitas veces vamos a fallar a lo largo de nuestra actividad inversora cuando las cosas parecen estar tan claras! Y, por supuesto, podemos fallar.