Quizá años atrás las cosas funcionaban de otra manera. Quizá no habría medios como los de hoy y tal vez la esperanza se medía de otra manera. No se trata de trabalenguar ni de verborrear palabras sin sentido. Para que me entiendan, y, entre todos, podamos entender lo que pasa, más allá de la vida de cada uno y sus pretensiones sociales , económicas o políticas.
Hace ya muchos años, siendo concretos, desde la Revolución Industrial, el mundo funciona de la misma manera, se pongan como se pongan y se peinen como se peinen. Las revoluciones, como en casi todo, traen beneficios y consecuencias. Desde aquella gran revolución, la idustrial, luego vedrían otras, la máquina de vapor, el ferrocarril, la producción en serie, por ejemplo. Grandes ideas que desarrollaron grandes inventos. Tan grandes fueron que hoy somos consecuencia de lo que hicimos, hicieron.
Ésas son las consecuencias que anotaba antes. Las hay buenas y malas. Nadie duda, que a día de hoy, es mejor que peor. No entraremos en matices, no me dan los caracteres para tanto. Hoy, en nuestros días, estamos viviendo otra nueva revolución, nosotros la sufrimos, sus hijos la disfrutarán. El cambio genera impactos y controversias. Descoloca y generaliza.
Hoy, internet es la nueva revolución, y la razón de que yo pueda escribir aquí hoy, desde mi casa, para todos los que quieran leer. La posibilidad y el hecho está concedido. La adaptación social a todo ello, a todo un nuevo modelo de funcionar, es el impacto en toda esta revolución.
De la misma manera, ustedes especulan en Bolsa, en los mercados, ni más ni menos que como lo hacían los viejos mercaderes, esos de la ruta de las especias por el Mediterráneo, o sin ir más lejos, el productor de salazones allá por el S.XII en el levante español. El concepto sigue siendo el mismo a pesar de los años, los medios son diferentes frutos de esas continuadas revoluciones a lo largo de nuestra historia contemporanea. Ya lo decían los estoicos, concretamente Marco Aurelio: "Lo único que tienes es tu tiempo presente". Lo contaba en su libro de pensamientos ya en el S.II.
El trading no es nada especial, es un viejo oficio. Sus medios se diferencian y evolucionan, claro está. Hay quien discrepa, y ahí no entraré. Opiniones libres son juiciosas todas, y no entraré. El pilar que mueve el mundo es el de siempre, el de las continuas revoluciones. Son la consecuencia de la continuidad. Hay quien, como leí en un muro en un descampado, decía : "No seré lo que fuí por saber quien soy".