En las últimas semanas, un fenómeno preocupante ha comenzado a dominar las conversaciones en los mercados financieros: la "mala amplitud" (bad breadth) en el S&P 500. A pesar de que el índice ha mostrado un rendimiento positivo en diciembre, la mayoría de las acciones que lo componen están en caída. Este desequilibrio pone en tela de juicio la sostenibilidad del rally actual.
¿Qué es la mala amplitud?
La amplitud del mercado se mide comparando el número de acciones que suben frente a las que caen. Desde el inicio de diciembre, el S&P 500 ha registrado nueve días consecutivos donde más acciones han caído que subido. Este tipo de comportamiento también se observó en eventos históricos como el desplome del mercado en 2018.
Una mala amplitud persistente refleja que el impulso del mercado está concentrado en pocas acciones líderes, dejando al resto del mercado en un estado de debilidad. Esto puede ser problemático porque un mercado saludable usualmente muestra una participación más amplia en los movimientos alcistas, con diversos sectores contribuyendo al crecimiento.
Un mercado dominado por los gigantes tecnológicos
En la actualidad, las ganancias del S&P 500 están sostenidas principalmente por unas pocas acciones de megacapitalización, conocidas como las "Magnificent Seven" (Apple (NASDAQ:AAPL), Microsoft (NASDAQ:MSFT), Alphabet (NASDAQ:GOOGL), Amazon (NASDAQ:AMZN), NVIDIA (NASDAQ:NVDA), Tesla (NASDAQ:TSLA) y Meta (NASDAQ:META)). Estas empresas han absorbido la mayor parte de los flujos de inversión en el mercado, liderando el crecimiento mientras otros sectores permanecen estancados o a la baja.
Mientras el índice ha subido un 0.4% en diciembre, el Invesco S&P 500 Equal Weight ETF (RSP), que asigna el mismo peso a cada acción del índice, ha caído un 2.5%. Este desbalance resalta la fragilidad subyacente del mercado, ya que el rendimiento depende demasiado de un pequeño grupo de acciones.
Además, este tipo de concentración puede aumentar la volatilidad. Si una o varias de estas grandes empresas comienzan a caer, el impacto en el mercado general puede ser desproporcionado debido a su peso significativo en los índices principales.
Contexto histórico
La mala amplitud rara vez ocurre cuando el mercado está cerca de máximos históricos. En los últimos 70 años, eventos similares generalmente se han dado cuando el S&P 500 estaba significativamente por debajo de sus máximos recientes. Sin embargo, el índice está actualmente apenas un 0.6% por debajo de su récord de 6,090.27 puntos, lo que hace este episodio aún más inusual.
Un ejemplo reciente de mala amplitud prolongada ocurrió en diciembre de 2018, cuando la incertidumbre macroeconómica y las preocupaciones por el endurecimiento de la política monetaria llevaron a una venta masiva en el mercado. Durante ese período, los inversores estaban particularmente preocupados por el impacto de las tasas de interés más altas y la desaceleración del crecimiento global.
Otra referencia histórica significativa es 2001, cuando los eventos previos y posteriores al 11 de septiembre llevaron a un mercado con características similares: un puñado de empresas tecnológicas liderando mientras el resto enfrentaba caídas pronunciadas.Factores clave a considerar
El contexto actual del mercado presenta varios factores que podrían influir en cómo evoluciona esta situación:
Política monetaria: La Reserva Federal podría mantener las tasas de interés altas por más tiempo para combatir la inflación. Esto impacta especialmente a las empresas más endeudadas o con menor capitalización, que encuentran más difícil financiar sus operaciones en este entorno.
Datos económicos: Los datos sobre empleo, consumo y crecimiento económico seguirán siendo observados de cerca. Una desaceleración en cualquiera de estas áreas podría exacerbar las caídas en los sectores más débiles.
Sectores específicos: Algunos sectores tradicionalmente cíclicos, como el industrial y el de bienes raíces, están mostrando signos de debilidad en comparación con las tecnológicas. Esto podría ser una señal de que la economía subyacente enfrenta desafíos más amplios.
¿Qué pueden hacer los inversores?
Para navegar en este entorno, es esencial mantenerse diversificado y evaluar cuidadosamente las exposiciones sectoriales. Los sectores más defensivos, como salud o consumo básico, podrían ofrecer estabilidad si las condiciones del mercado se deterioran aún más. Asimismo, monitorear los indicadores de amplitud y el desempeño de los sectores menos favorecidos puede proporcionar pistas clave sobre el estado de salud del mercado en general.
Aunque las grandes tecnológicas han sido las ganadoras hasta ahora, confiar exclusivamente en este grupo puede ser un riesgo considerable. La historia muestra que los períodos de mala amplitud suelen estar seguidos por una mayor volatilidad, ya que las burbujas de concentración eventualmente tienden a ajustarse.