La plata y el oro se despertaron de un prolongado letargo de aproximadamente un año. Puntualmente, la plata tuvo una subida semanal del 9,21%, lo que la hace la subida más grande desde abril del año pasado. Pero, ¿qué fue lo pasó?
La Reserva Federal (el Banco Central de los EEUU) dejó entrever la posibilidad de que “imprimiría más dólares” para tratar de estimular la economía, en caso de que no se viera un repunte más marcado. Este “imprimir más dólares” recibe el nombre de quantitative easing, que no es más que un eufemismo por “política monetaria donde vamos a cuasi regalar el dinero”.
Apenas se supo esto, los motores se encendieron para los metales que han sido históricamente medios de cambio utilizados como dinero, como lo son el oro y la plata. Veamos los gráficos.
El ETF del oro muestra el avance de la semana en el gráfico diario. El nivel de 162 es una resistencia que podría bien abrir nuevas aceleraciones alcistas:
Este gráfico de más largo plazo indica cómo la tendencia del oro sigue estando intacta y muestra que luego de una pausa de un año, bien podría estar listo para ir camino hacia los 2000? 3000? 4000? dólares por onza:
Y la plata muestra un cuadro también interesante. El gráfico diario muestra la gran explosión de la semana:
Y en el largo plazo vemos que la tendencia no es tan clara y manifiesta como en el caso del oro, pero se ve que de todos modos sigue teniendo validez:
Para cerrar el tema, no podemos dejar de hablar de Europa. ¿Por qué? Porque Europa también podría proporcionar combustible para estos metales. ¿Cuál es el combustible de los metales? La emisión monetaria. Y el 12 de septiembre, Europa podría patear el tablero y dar instrucciones de comprar bonos de Italia y España para mantener sus costos de financiamiento bajos. Si esa fuera la decisión, habrá combustible para rato. Combustible nitrogenado.