El índice del día:
S&P 500: 2.744 (+0,36%)
Performance del mes: +3,02%
Performance del año: +2,52%
Máximo/Mínimo de 52 semanas: 2.405,7 – 2.872,87
Media móvil 100 días: 2.710,25
Volatilidad implícita: 13,55; año: +23%
Contexto
El índice estadounidense S&P 500 está a tan solo -4,49% de su máximo de todos los tiempos, y su dificultad de saltar por encima de los 2.750 puntos se ve como una resistencia fuerte, mientras las 2.680 unidades son por ahora el soporte más cercano. A su vez, el promedio de los últimos 100 días se ubica en 2.710,25, y la volatilidad desde diciembre de 2017 sigue alta en relación a diciembre de 2016, en 13,55 puntos.
¿Qué factores están influenciando este baile del índice S&P 500? Podríamos decir que son tres:
El primer factor y el más difícil de predecir es la aversión al riesgo, debido a la incertidumbre e inestabilidad política en todo el globo, las “guerras” comerciales de la administración de Donald Trump con China, Europa, Canadá y México, además de la salida del acuerdo nuclear de los Estados Unidos con Irán, y la continua inestabilidad en la región de Medio Oriente, que provoca oscilaciones fuertes en el precio del barril de petróleo. Más recientemente, Europa parece querer regresar a su pasado con países que se aburren del euro, como Italia. El problema europeo sigue en el mesa: el viernes pasado fue España, que por la primera vez votó una moción de censura victoriosa, dictando la caída del gobierno del presidente Mariano Rajoy. Hay que ver qué sigue en España. Pero en los mercados y entre los inversionistas esta inestabilidad y pérdida de rumbo solo crea más aversión al riesgo y la consiguiente subida de los rendimientos de los bonos del Tesoro en Europa.
El segundo factor es la tendencia de subidas de tasas de interés. Esto tiene un sentido positivo en la historia económica, porque quiere decir que las tasas de interés suben porque la confianza y el consumo crecen. La economía está saludable en los Estados Unidos, y el rendimiento del bono del Tesoro estadounidense a 10 años, últimamente refleja un cierto nervosismo en los mercados de renta fija: después de tocar máximos de los últimos años en el 3,128%, bajó hasta el 2,759% y este lunes está en el 2,90%. Es decir que osciló en un mes entre el máximo y el mínimo cerca de un 13%.
El tercer factor son las acciones que componen el índice S&P 500. En mi opinión, están con valoraciones muy altas y el potencial de que sigan subiendo es limitado; es necesario que veamos cómo van a ser los resultados referentes a este segundo trimestre, ya que muy probablemente los inversionistas buscarán claves en los informes de resultados. El año pasado se hablaba mucho de “complacencia” en los mercados de acciones; este año creo que se hablará de “ansiedad”: la volatilidad al año sube 23%.
Acaban de publicarse, este último viernes, los datos referentes al empleo de mayo de los Estados Unidos, y sí es verdad que la economía estadounidense sigue fuerte, el pago por hora subió un 0,3%, cuando se estimaba un 0,2%, y la tasa de desempleo bajo al 3,8%. Por otra parte, la creación de puestos de trabajo para el mes de mayo resultó estar por encima de las estimativas en 223 mil empleos.
Un reflejo se dio en el rendimiento del bono del Tesoro de los EE.UU. a 10 años en el 2,9%, un dólar estable contra a 109,48 yenes por unidad, y un índice bursátil S&P 500 positivo, en 2.744 puntos.
¿Cómo nos podemos proteger de una tendencia bajista en el índice S&P 500 y mantener nuestro portafolio de acciones?
Un inversor con un perfil moderado, con una cartera compuesta por acciones estadounidenses con el objetivo de garantizar un rendimiento atractivo por dividendo, debe protegerse ante las bajas del índice y la subida de la volatilidad.
Este ejemplo es para inversionistas con posiciones largas en acciones que están representadas en el índice S&P 500 estadounidense. Primero, hay que tomar en consideración que la volatilidad del indicador es inferior a la volatilidad de las acciones que lo componen. Segundo, hay que diversificar el portafolio de acciones por sectores de actividad. En tercer lugar, es conveniente tener posiciones por acción en cerca del 5% de la cartera de valores. Y por último, buscar las empresas con mayor peso en el índice S&P 500.
Entonces, supongamos que tenemos un portafolio de acciones por valor de 1 millón de dólares, con las veinte acciones de mayor peso en el indicador S&P 500.
Compramos una opción put (de venta) para protegernos si el mercado baja.
Una cartera diversificada de 1.000.000 de dólares puede ser cubierta con la compra de una opción put del Índice S&P 500. Para evitar pagar una prima muy alta, elegiremos un precio de ejercicio at the money o ligeramente out of the money.
El 04 de junio, con el índice subyacente en 2.744, la prima de una opción de venta con un strike de 2.700 y que expira en septiembre (109 días) cotizaba a 59,70 por contrato o a 5,970 dólares (50 dólares por lote).
El número de opciones put para comprar se calcula de la siguiente manera:
Así se calcula la exposición:
Y así se calcula la prima paga:
Con tan solo 2,21% del valor de 945.000 dólares, protejo un portafolio de inversión en acciones del índice estadounidense S&P 500. Si tengo en consideración que voy a recibir dividendos por las acciones que poseo, de igual modo también se que mis papeles tienen una volatilidad superior al índice: más volatilidad, mayor riesgo; pero compensa un costo del 2,21% para proteger mi portafolio de una tempestad indeseada.
En resumen, en la subida del indicador tengo potencial de ganancia ilimitada, y en una baja del índice estoy protegido hasta setiembre (109 días).
Fuente: DIF Markets