El tercer trimestre de 2015 se recordará como el gran toque de atención del mercado de acciones global, que ha vivido el periodo de mayores turbulencias, derivadas de la volatilidad, desde la crisis financiera de 2008.
Las acciones de las economías desarrolladas han bajado un 6,2% este trimestre, pero las de los países emergentes han experimentado un brutal desplome del 16,2%. Visto en retrospectiva, está claro que debía producirse una corrección, ya que las bolsas de los países desarrollados se estaban disociando del resto a pesar de las muchas señales de aviso procedentes de la espectacular desaceleración de China, la recesión en Brasil o la caída del crudo Brent, que perdió otro 25%.
Todos ellos indicadores adelantados que apuntaban a la baja en todo el mundo, y con una subida de los tipos de interés en Estados Unidos en el horizonte.
Fue probablemente el vaivén de los datos macroeconómicos de China lo que disparó las ventas las bolsas de las economías desarrolladas, arrastrándolas por debajo de ciertos umbrales clave y añadiendo justo la volatilidad necesaria para desatar una oleada de ventas sin precedentes en todas las clases de activos.
La presión bajista en los precios de las bolsas se amplificó, según muestran nuestros análisis, por un extenso desapalancamiento entre los fondos de paridad de riesgo, los CTA (commodity trading advisor) y fondos gestionados.
El objetivo de los fondos de paridad de riesgo es una volatilidad anualizada del 10%. Cuando su sobreponderación en títulos de renta fija choca con una volatilidad elevada en todas las clases de activos, el único modo de mantener el objetivo de volatilidad del 10% es reducir el apalancamiento.
Cuando esto sucede, el caos impera por un tiempo hasta que el orden vuelve a emerger, y a estas alturas los fondos de paridad de riesgo ya han cubierto alrededor del 40% de las pérdidas del 8,8% que soportaron durante el tercer trimestre.
Reserva Federal: ¿cuánto, y a qué velocidad?
La economía mundial se tiene que preparar para una subida de tipos de interés en Estados Unidos, ya que el país necesita tasas más altas. Esto está bastante claro ante los datos de empleo, cuya tasa se encuentra en su mejor momento desde el año 2000, un desempleo que ha caído al 5,1%, indicios de presiones alcistas en los salarios en distintos sectores y un impulso positivo del gasto familiar gracias a una bajada del precio de la energía. Las grandes preguntas para los inversores en acciones son en qué cuantía y a qué velocidad irá administrando el endurecimiento monetario la Reserva Federal.
La respuesta a ambas preguntas modelará una cierta trayectoria, con implicaciones para la valoración y el rendimiento de las acciones. Los estudios demuestran que los mercados bursátiles suelen ser menos volátiles después de una subida de tipos por parte de la Reserva Federal, pero nunca antes habíamos visto una subida de tipos partiendo de niveles cercanos al 0%.
En las últimas proyecciones económicas, el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) pronostica que los tipos federales a largo plazo se situarán en el entorno del 3,75% frente al 5,25% en la expansión anterior a la crisis financiera. La previsión media para finales de 2017 es del 3%. La “nueva normalidad” que se espera para los tipos probablemente llevará la valoración del mercado de acciones a niveles superiores a su media histórica.
La razón es que, aunque esa “nueva normalidad” refleje rentabilidades más bajas en los bonos así como inflación y crecimiento económico más bajos, en términos de comportamiento relativo, los inversores demandarán más acciones y menos bonos debido al entorno general de rentabilidades más bajas.
A pesar de nuestra visión de que las acciones en las bolsas americanas están un poco caras en relación a las de otras bolsas mundiales, su rentabilidad por acción (earning yield) sigue siendo impresionante: un 5,8% frente al 5,3% de los bonos corporativos con calificación BAA, y al 2,2% en bonos del Tesoro de EE.UU. a 10 años. Mercados emergentes: una ganga. Esta masacre global en las bolsas ha convertido en gangas a ciertas regiones y países.
La bolsa alemana se cotiza ahora con un PER adelantado de 13,1 veces, es decir, con un descuento del 13% frente a las acciones británicas y francesas. Esto no refleja la capacidad de las empresas alemanas para obtener beneficios, ni en términos relativos ni en absolutos. Las bolsas emergentes se cotizan a un PER adelantado de 11,6x, un valor inusualmente bajo y que, en nuestra opinión, no refleja el crecimiento esperado a largo plazo en los beneficios.
Los mercados fronterizos también se cotizan con un gran descuento frente a las bolsas de los mercados desarrollados, lo cual no refleja su enorme potencial a largo plazo. Dada la perspectiva actual de la energía y la minería, las acciones canadienses y australianas parecen bastante caras.
Las acciones norteamericanas también están entre las caras, mientras que las japonesas parecen baratas, en gran medida por la debilidad del yen. Si tomamos en consideración valoraciones y caídas recientes, creemos que el próximo año los mercados emergentes mostrarán un mejor rendimiento relativo respecto al resto de mercados.
Los mercados emergentes se recuperarán
En un estilo típico de Wall Street, el desplome de los mercados emergentes y especialmente la extrema volatilidad de China han hecho retirarse a muchos inversores en todo el mundo, con lo que ahora casi todo el mundo se ha vuelto bajista. Muchos analistas concluyen que lo que motivó el último boom de los mercados emergentes fue el super-ciclo de las materias primas. Así pues, dado que el precio de las materias primas está ahora en su nivel más bajo desde 1999, las perspectivas para los mercados emergentes son sombrías.
Desde nuestro punto de vista, esto subestima las poderosas fuerzas subyacentes en muchos de los mercados emergentes, que se están transformando de productores de materias primas impulsados puramente por las exportaciones a economías más equilibradas, con mayor consumo interno gracias al crecimiento de las clases medias. Esta transición ya está en marcha, y el capital volverá a fluir a los mercados emergentes en cuanto se aclare la trayectoria que seguirán los tipos de interés en Estados Unidos.
Cómo posicionarse en el mercado de acciones Las ideas de trading que proporcionamos a nuestros clientes no están pensadas únicamente para servirles de inspiración, sino también para formar parte de una estrategia real de cartera.
Todas estas ideas se derivan de nuestra visión de los mercados, pero también conforman la composición de las carteras actuales y todas las posiciones se añaden a nuestra cuenta para que podamos realizar un seguimiento de su rentabilidad. Todas las posiciones se configuran con stops dinámicos y sin objetivos.
Nunca arriesgamos más del 1% de nuestro patrimonio en cada operación. Gracias al stop dinámico, raramente perdemos todo el 1%. Ahora mismo la cartera tiene una exposición bruta del 221% y una exposición neta del 62%; creemos que son niveles de riesgo apropiados cuando encaramos el cuarto trimestre, ya que probablemente la volatilidad siga siendo más alta que el pasado reciente.
Tenemos posiciones netas cortas en energía (Repsol (MADRID:REP)) y minería (Randgold (LONDON:RRS)). En otros sectores tenemos una exposición neta de cero o positiva.
La cartera incluye posiciones largas en Apple (NASDAQ:AAPL), BMW (XETRA:BMWG), Banco Santander (MADRID:SAN), Biogen (NASDAQ:BIIB), Gilead Sciences (NASDAQ:GILD), Novo Nordisk (COP:NOVOb), GoPro (NASDAQ:GPRO), MSCI China (NYSE:MCHI) y algunas constructoras de EE.UU.
Es una cartera con 32 posiciones. También vamos cortos en 3D Systems (NYSE:DDD), Alexion Pharmaceuticals (NASDAQ:ALXN), Citigroup (NYSE:C), E.ON (XETRA:EONGn), Genmab (LONDON:0MGB) y Novartis (SIX:NOVN).