El trading te hace mejor persona

“La posibilidad de aprender a controlar nuestras emociones es el paso que mejorará notablemente vuestras habilidades de trading, y además os dará la capacidad de ser más felices en la vida. Sin miedo al cambio“. Peio Zárate

Ganar dinero en el trading es el objetivo último de cualquier operador, pero paradójicamente el mercado sólo recompensa a quienes no piensan en el dinero cuando operan.

Es el camino y no el resultado.

Hacer trading es asumir que trabajamos en un entorno de alta incertidumbre (nadie tiene la certeza sobre lo que pasará en la siguiente vela). En este contexto, nuestras decisiones primero se gestan en nuestra amígdala, la zona del cerebro donde residen las emociones y la encargada de dar respuesta a situaciones de peligro, y no en nuestra corteza cerebral como se podría pensar - la parte racional y consciente de nuestro cerebro.

El problema es que nuestra amígdala no está diseñada para optimizar respuestas en el mercado de valores, sino para mantenernos con vida ante situaciones de estrés. Esa es y ha sido su función desde hace cientos de miles de años. Parece absurdo, pero el vaivén de una vela en movimiento para nuestro cerebro es una amenaza bastante seria. En una operación abierta sentimos un deseo irrefrenable por cerrarla en el momento que nos empieza a dar beneficios por miedo a perder lo ganado; y en una operación perdedora sentimos un deseo irracional por mantenerla el máximo de tiempo abierta con la esperanza de que se de la vuelta. Ambas son respuestas que en casos concretos pueden ser beneficiosas, pero en el largo plazo son absolutamente perjudiciales para nuestro bolsillo.

Pero no se culpen en exceso porque esas son respuestas que emergen desde nuestro subconsciente más profundo. La buena noticia es que podemos cambiarlas con el debido entrenamiento trabajando en dos áreas: una, aumentando el nivel de conocimiento sobre el propio mercado; y dos, aprendiendo a auto observarnos para así crear mecanismos de respuesta distintos a los habituales ante situaciones que nuestro cerebro interpreta como amenazas cuando realmente no lo son.

Aumentar nuestro conocimiento sobre el mercado

Nuestra amígdala toma el control de nuestras decisiones cuantas más incertidumbres tenemos sobre algo. Mi perro, que por cierto se llama Elliott, se asusta cuando los niños explotan petardos en navidad. Para él es una situación extraña, ajena a los acontecimientos de su rutina diaria, y actúa de manera emocional por mera supervivencia escondiéndose bajo nuestro regazo. Para nosotros, sin embargo, no es una situación extraña porque sabemos que es navidad y en estas fechas lo normal es que los niños jueguen con estos juguetes diabólicos. Ante una fuerte explosión, aunque en un primer instante podamos dar un sobre salto (respuesta de supervivencia), enseguida somos capaces de adoptar una respuesta mucho más racional.

Que la parte emocional es importante en el trading, lo sabemos, pero también es importante entender que cuanto más sepamos, mejores decisiones tomaremos: Warren Buffet es el mejor inversor del mundo, y no solo porque probablemente es un tío muy cabal y racional, sino también porque mientras que el resto del mundo se relaja viendo la tele, él lee los Balances de las Empresas que quiere comprar.

No lo olvide, el conocimiento arrincona a la incertidumbre.

Aprender a auto-observarnos para crear mejores mecanismos de respuesta ante situaciones de amenaza

Pero no se engañe porque por mucho que sepa del mercado, nunca tendrá toda la información del mismo, y siempre existirá margen para la incertidumbre donde nuestra amígdala haga de las suyas. Por eso debe conocer muy bien a su enemigo, con la particularidad de que en este caso el enemigo es usted mismo, y su base de operaciones radica en la parte interna de su lóbulo temporal medial. Todo un contratiempo.

¿Ha tenido la ocasión de ver a algún amigo o familiar perdiendo los papeles ante una situación de estrés? Seguro que si. El problema es cuando es usted quien los pierde y no tiene a nadie a su lado que le advierta. Esto es precisamente lo que le sucede cada tarde cuando se enfrenta a su operativa. Por eso es imprescindible que entrene la habilidad de detectar sus propios signos de alerta y que aprenda a gestionarlos. Lo bonito de este viaje hacia la auto-observación y hacia la mejora emocional, es que siempre tiene las de ganar porque todo lo que aprenda le será de aplicación inmediata eb cualquier otro ámbito de la vida, y esto o le ayudará a ser mejor persona, y en consecuencia a ser mucho más feliz.

Es muy gratificante ir a todas partes con el chip de observador externo. Póngalo en práctica, se lo recomiendo, pero hágalo en ambientes hostiles como la grada de un partido de fútbol, una tertulia política de televisión o algunas de las conversaciones que se producen en las redes sociales. Observe a sus participantes y cómo actúan. Pero mírelos desde el punto de vista emocional. ¿Quien está realmente controlando sus actos, el neo-cortex o la amígdala? ¿No le resultan ridículos?. Bien, ahora haga ese mismo ejercicio observándose a usted mismo en situaciones complicadas. Imagine que se observa desde un dron que sobre vuela encima de usted. ¿Le ve lo que le gusta? Si la respuesta es "no", levántese de la silla y dese un buen paseo. En un rato verá las cosas con otra perspectiva.

Entrene esta habilidad. Como todo en la vida, es cuestión de repetición. Si lo hace, le garantizo que su aspecto emocional mejorará de forma sustancial, su vida mejorará y sus resultados en el trading también lo harán.