Los líderes del Congreso de Estados Unidos emergieron el viernes de una reunión con el presidente Barack Obama con la promesa de encontrar un terreno común a las alzas de impuestos y recortes de gastos que les permitiría evitar el llamado “abismo fiscal”, que podría empujar a la economía a una nueva recesión.
Los demócratas reconocen la necesidad de reducir los gastos y los republicanos afirman que han acordado poner “los ingresos sobre la mesa de negociación”, mientras los dos bandos ingresan en lo que posiblemente serán semanas de tensas discusiones antes del plazo del 31 de diciembre.
Ambos partidos están ansiosos por dar seguridad a los inversores de que Washington no verá una repetición del estancamiento presupuestario del año pasado que atemorizó a los consumidores y a los mercados financieros.
Luego de una reunión de poco más de una hora en la Casa Blanca, los dos líderes republicanos en el Congreso hicieron declaraciones junto a sus pares demócratas, un evento inusual.
“Me siento muy bien sobre lo que vamos a discutir. Tenemos los pilares necesarios para lograr algo”, dijo el líder demócrata en el Senado, Harry Reid.
Los índices de las acciones estadounidenses subieron tras los comentarios positivos de Reid y de otros líderes: el presidente de la Cámara baja, John Boehner, el líder republicano del Senado, Mitch McConnell, y la jefa demócrata de la Cámara baja, Nancy Pelosi.
La reunión marcó la primera vez que Obama, un demócrata, se sienta a dialogar con la oposición republicana desde que obtuvo la reelección la semana pasada.
“Pienso que todos sabemos que tenemos trabajo urgente para hacer”, dijo Obama a periodistas al inicio de la reunión.
Ambos bandos están pidiendo cooperación, incluso mientras se aferran cada vez más a sus posiciones.
Obama insiste en que las tasas de impuestos para el 2 por ciento de los estadounidenses más pudientes deben aumentar, mientras que los republicanos aseguran que no aceptarán incremento alguno en los tributos.
Los republicanos también desean moderar los costos de salud del Gobierno, que según las proyecciones se dispararán en la próxima década.
“Estamos preparados para poner los ingresos sobre la mesa de negociaciones para solucionar el problema real”, indicó McConnell.
Podría haber espacio para el compromiso.
Obama podría aceptar permitir que la máxima tasa impositiva se incremente a algo menos del 39,6 por ciento que él pretende. Actualmente está en 35 por ciento.
Los políticos, por ejemplo, podrían acordar limitar el aumento tributario a los hogares que ganan más de 500.000 dólares al año, en lugar del tope de 250.000 dólares que exige Obama.
Los republicanos han sugerido producir más ingresos limitando las exenciones impositivas para los más ricos, en lugar de subir sus tasas. Obama ha dicho que eso no generaría dinero suficiente.
Los negociadores también deben afrontar un recorte de gastos domésticos y militares por 109.000 millones de dólares que entraría en vigencia el 2 de enero, como consecuencia de fracaso a la hora de elaborar un acuerdo presupuestario más matizado.
“LA PARTE DIFICIL”
Un importante asesor de los senadores demócratas dijo que debería ser relativamente fácil frenar los recortes -calificados como “secuestro”- si las dos partes pueden superar el tema tributario.
“La parte difícil son los recortes de impuestos”, declaró el asesor. “Ninguna de las dos partes quiere que se produzca el secuestro y debería ser fácil resolverlo con un plan equilibrado que tiene ingresos”, indicó.
Analistas de presupuesto independientes dicen que un fracaso a la hora de un acuerdo podría volver a poner a la economía estadounidense en recesión y elevar la tasa de desempleo.
Líderes empresariales dicen que la incertidumbre ya está afectando la economía. Muchos empleadores están postergando contrataciones y gastos de capital hasta tener una idea más clara sobre el ambiente fiscal y de gasto.
El índice S&P 500 de Wall Street ha caído un 4,3 por ciento en las últimas dos semanas, en parte debido a las preocupaciones por el abismo fiscal.
Demócratas y republicanos también podrían llegar a un acuerdo temporal que les permitiría superar el abismo y darles más tiempo para trabajar en una solución más general y duradera.