España ha salido de la crisis de deuda soberana como una de las economías de la zona euro mejor posicionada para un futuro crecimiento, gracias a la implantación de diversas reformas estructurales necesarias para recuperar competitividad; en particular, reformas del mercado laboral que ya llevaban tiempo siendo indispensables.
Aunque aún quedan temas pendientes, el mercado laboral español está comenzando a beneficiarse de las reformas estructurales, como la reforma del mercado laboral del 2012. La mayor flexibilidad del mercado laboral ha ayudado a las empresas a ajustarse al entorno cambiante y ha mejorado la competitividad mediante una combinación de salarios (relativos) más bajos y un aumento de la productividad. Los costes laborales unitarios han caído sustancialmente desde el máximo del 2008-09, y de acuerdo con Eurostat, la tasa de desempleo quedó en octubre en el 24% desde el 26,3% en el máximo de febrero de 2013.Esta sigue siendo una tasa de paro muy alta, sin duda, pero con la ayuda de la recuperación del sector privado – que incluye por fin al sector inmobiliario, aunque sea modestamente – mi expectativa es que esa tendencia a la baja continúe en 2015 y en adelante. La economía española también debería beneficiarse de las políticas monetarias del Banco Central Europeo (BCE), que muy probablemente introducirá medidas de flexibilización cuantitativa el próximo año, posiblemente ya en enero. Por consiguiente, espero que la economía española presente el próximo año un mejor comportamiento que que los "4 grandes” países de Europa, incluida Alemania, y mi pronóstico es que el crecimiento del PIB llegará al menos al 1,5% y es probable que al 2%. En comparación, las perspectivas de crecimiento económico para el conjunto de la zona euro son de la mitad, el 1%, para el próximo año.