Comprar acciones baratas y venderlas caras, el lait motive de la inversión en renta variable value, ha demostrado ser extremadamente complicado para los inversores durante los últimos años. A pesar del rally de la segunda mitad del 2016, un inversor que hubiera mantenido la prima de riesgo de la renta variable value desde finales del 2014 hasta la actualidad, no habría ganado prácticamente nada[1].
Así que, la pregunta que se hacen muchos inversores es si la renta variable value está realmente agotada o todavía conserva algo de recorrido.
En el año, la caída máxima (la pérdida experimentada desde los máximos al mínimo y hasta que se alcanza un nuevo pico) de la prima de riesgo en renta variable value ha superado el 6%, habiendo sufrido incluso bajadas mayores en el caso de algunos gestores.
La inesperada correlación entre el factor renta variable value y el de renta variable momentum a principios de este año, agravó aún más la situación, golpeando especialmente a los fondos que aspiraban a aprovechar múltiples primas de riesgo de renta variable value market neutral.
Por este motivo, fijarse en los números de manera aislada puede parecer casi ominoso. Pero ¿pueden las paralelas del mes pasado y las históricas dibujar una imagen diferente?
En realidad, el comportamiento reciente de la prima de riesgo no es nada nuevo y hasta resulta casi típico durante la fase tardía del ciclo macroeconómico, dentro del cual creemos estar. Por ejemplo, entre 1998 y 2000 el factor value pasó por una fase similar de bajas rentabilidades y experimentó caídas del 10%.
Lo que es importante apuntar es que una y otra vez, las estrategias de renta variable value se ha comportado mejor que el mercado después de periodos de rentabilidades insuficientes. Así que, en vez de preguntarnos si la prima de riesgo de renta variable value ha superado su fecha de caducidad, ¿no deberíamos preguntarnos si nos encontramos al borde de un renacimiento para los próximos meses y años?
Si miramos en el mes hasta el día 11 de octubre de 2018, hay signos de recuperación, subiendo el factor value al 1’2% durante un periodo de confusión del mercado, mientras que el MSCI World Net TR (USD) cayó un 6’3%. Además, la correlación entre value y momentum, que previamente golpeó a los inversores, está volviendo a niveles normales que deberían beneficiar a los gestores que buscan explotar este segmento del mercado.
En resumen, creemos que la renta variable value ha demostrado su valía durante muchas décadas y estamos seguros de que los catalizadores fundamentales que se encuentran detrás muestran que está viva y coleando y lejos de su tumba. Además, es importante para los inversores considerar la diversificación entorno a la totalidad del espectro de la prima de riego alternativa, de manera que no dependan excesivamente de uno solo. Creemos firmemente en la combinación de una serie de factores de renta variable con otras primas de riesgo alternativas de cross asset, con diferentes sensibilidades a los regímenes macroeconómicos.
[1] Fuente: Citi Developed World Pure Value Index