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Estados Unidos: ¿Mejora el mercado de trabajo?

Publicado 16.07.2013, 14:31
NG
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La relación empleo-población es un parámetro fundamental

Durante los últimos cuatro años, la caída de la tasa de desempleo se ha debido principalmente al descenso de la participación de la población activa

La creación de empleo todavía es demasiado baja para elevar la fracción de la población empleada

Una cifra por encima de 200 mil empleos al mes es coherente con un mercado de trabajo más saludable

El doble mandato de la Reserva Federal de lograr el máximo empleo con precios estables indica un equilibrio similar entre las dos directivas. Como el desempleo se ha mantenido persistentemente elevado, la Fed se comprometió recientemente a “[m]antener el rango meta de la tasa de los fondos federales entre 0 y 1/4 por ciento … mientras la tasa de desempleo siga por encima del 6.5%”. Establecer una meta específica y medible es un claro intento de acabar con la especulación sobre el aumento de tasas; sin embargo, la Fed mantiene que su meta es flexible y cualquier decisión para subir la tasa de los fondos federales se basará en su percepción de la mejora del mercado de trabajo y en unas expectativas de inflación estable.

La tasa de desempleo es uno de los muchos indicadores del mercado de trabajo. Una tasa de desempleo de 6.5% no es un indicador suficiente de un mercado de trabajo saludable, porque incluso en este umbral, la demanda de trabajo puede no coincidir con las cualificaciones de los desempleados. La creación de empleo podría ser demasiado baja para impulsar el crecimiento económico y, por tanto, el número de personas marginalmente incorporadas a la población activa así como el número de desempleados de larga duración podrían mantenerse elevados. Para entender cómo una tasa de desempleo en descenso podría llevarnos a pensar erróneamente que el mercado de trabajo mejora, la hemos descompuesto utilizando la relación de empleo-población (EPR) y la tasa de participación de la población activa (LFP). Al analizar la dinámica de estas relaciones, obtenemos una imagen más clara de los retos a los que se enfrenta el mercado de trabajo.

La tasa de desempleo indica el número de personas desempleadas como porcentaje de la población activa, y por consiguiente, una caída de esta relación puede deberse tanto a un aumento del número de personas empleadas como fracción de la población activa potencial (aumento de EPR) como a un descenso de la población activa (caída de LFP). Estos dos resultados pueden conducir a valoraciones totalmente distintas del mercado de trabajo. Por ejemplo, si se crean empleos a un ritmo rápido con respecto al crecimiento de la población, la EPR aumentará y con una LFP constante, la tasa de desempleo descenderá. Sin embargo, si por el contrario la EPR se mantiene plana y la LFP cae, la tasa de desempleo también descenderá. En el primer caso, el fuerte crecimiento del empleo indica una mejora de la economía, mientras que en el segundo, las personas deciden no participar en la población activa.

En los últimos cuatro años, hemos estado más cerca de este segundo escenario sin que hubiera indicios claros de mejora en el mercado de trabajo. La Gráfica 3 indica que el mercado de trabajo se mantiene en un estancamiento sin precedentes. En primer lugar, la tasa de participación de la población activa bajó un total de 3.0 puntos porcentuales (pp) entre enero de 2007 y mayo de 2013. En segundo lugar, a mediados de 2011, la EPR cayó un total de 5.1 pp desde su nivel máximo de 63.3% y hasta la fecha solo ha subido 0.5 puntos porcentuales con respecto a esa depresión. Se ha mantenido básicamente plana desde finales de 2009. Así pues, la tasa de desempleo ha bajado solo porque la LFP ha caído constantemente. Esta dinámica es extraordinaria en EEUU, ya que al menos desde 1950, una caída de la tasa de desempleo ha coincidido siempre con un incremento de la EPR. En esta recuperación, sin embargo, el vínculo se ha roto.

Un simple cálculo muestra que suponiendo un crecimiento constante de la población y una tasa de participación que se mantuviera estable en el 63.5% actual, la creación media mensual de empleo tendría que superar los 225 mil puestos durante los próximos doce meses para llegar a una tasa de desempleo del 6.5% en junio de 2014. En cambio, si la tasa de participación cayera 1.0 pp más, hasta situarse en el 62.5% en junio de 2014, una tasa de creación de empleo mensual de tan solo 43 mil puestos reduciría la tasa de desempleo al 6.5% en doce meses. Obviamente, este último escenario no es coherente con la mejora del mercado de trabajo y el ritmo de crecimiento del empleo sería insuficiente para impulsar al alza la relación de empleo-población.

Los retrocesos históricos de la EPR y la LFP se deben a muchos factores. Millones de despidos, la paralización del sector de la construcción, los cambios demográficos y la menor participación de los trabajadores jóvenes en la población activa son factores que contribuyen a una creación de empleo anémica y a una EPR estable. La cambiante demanda de cualificaciones y la prolongada crisis del sector de la vivienda han dado como resultado ganancias de empleo desiguales entre las distintas ocupaciones.

Las dos únicas categorías amplias cuyo nivel de empleo en junio de 2013 es superior a los niveles máximos de marzo de 2007 son los servicios con los salarios más bajos y las ocupaciones relacionadas con la dirección y los servicios profesionales, con los salarios más altos. Las ocupaciones relacionadas con el cuidado personal, los servicios alimentarios y el apoyo a la asistencia sanitaria representan el 97% del aumento de 1.8 millones de las ocupaciones en servicios. En el otro extremo del espectro salarial, más del 90% del incremento de 2.9 millones en empleos relacionados con la dirección y los servicios profesionales procede de ocupaciones en dirección, operaciones empresariales y financieras, informática y profesionales y técnicos de asistencia sanitaria.

En cambio, la combinación total del empleo en las ocupaciones de salarios medios de los sectores de la construcción, mantenimiento, recursos naturales, ventas, administración de oficinas, producción y transportes se mantiene en 7.0 millones, por debajo del máximo de marzo de 2007.

El repunte del sector de la construcción de vivienda está dando un impulso a estas ocupaciones; sin embargo, no es probable que muchos de estos empleos vuelvan rápidamente. Como hemos recalcado en informes anteriores, la contracción del empleo de la construcción afectó especialmente a los trabajadores jóvenes, mientras que los recortes en la administración de oficinas y en las ocupaciones relacionadas con las ventas repercutieron enormemente en las trabajadoras. Estos sectores de salarios medios absorberán a algunos trabajadores a medida que se produzca un crecimiento en los sectores del petróleo y el gas natural nacionales. No hay duda de que la transición de estos trabajadores a otras ocupaciones y sectores frena el ritmo de creación de empleo e influye en la baja y estable EPR.

Hay dos tendencias demográficas que afectan simultáneamente al mercado de trabajo. Desde 2007, el número de personas fuera de la población activa se ha incrementado en 12.2 millones. La mayor parte de este cambio se explica por los trabajadores de mayor edad, pero la segunda porción más importante corresponde a personas jóvenes en edad de trabajar.

Aunque la tasa de participación de la población activa de personas de más edad está creciendo en parte porque viven más y trabajan durante más tiempo, en las dos próximas décadas cada vez se jubilará un mayor número de trabajadores. Además, hay un repunte de jóvenes de poco más de 20 años que están entrando ahora en la población activa. Como hemos visto en la Gráfica 4 la población de EEUU entre 10 y 14 años alcanzó sus niveles máximos a comienzos de la década de 1970 y de la década de 2000. Los que nacieron en el primer máximo están ahora a mitad o al final de la cincuentena, mientras que los que nacieron en el segundo máximo están ahora al comienzo de la veintena.

La baja y estable EPR se deriva de los elevados números de personas jóvenes y ancianas que hay en la población. La EPR de trabajadores jóvenes ha experimentado el golpe más fuerte, ya que su participación cayó con fuerza y justo ahora comienza a subir. Muchos trabajadores jóvenes han optado por no entrar en la población activa, en parte porque hay pocos empleos disponibles para los nuevos graduados de educación secundaria. Con el descenso de las oportunidades en empleos de cualificación media, los jóvenes optan por continuar sus estudios en vez de entrar en la población activa.

Conclusiones: Un aumento de la proporción de empleo indica un mercado de trabajo más saludable

En la actualidad, el mercado de trabajo parece estar dando un giro, ya que la tasa de participación aumenta lentamente. Están entrando jóvenes en la masa laboral, pero si no se crean empleos lo suficientemente rápido para absorber estos nuevos participantes, la tasa de desempleo se mantendrá plana o posiblemente subirá. Así pues, la cifra clave que indicará una mejora en el mercado de trabajo es la relación de empleo-población. En un mercado de trabajo que se fortalece, solo una creación de empleo suficiente que eleve la EPR a un ritmo superior a los incrementos de la tasa de participación hará que baje el desempleo.

En nuestro escenario central, las medias de creación de empleo mensual se sitúan justo por debajo de 200 mil empleos a lo largo de 2013 y supera esta marca a finales de 2014. La tasa de desempleo llega a 6.5% en mayo de 2015, ya que la tasa de participación de la población activa sube ligeramente a 63.7% y la relación empleo-población sube por encima de 59.5%. No obstante, el mercado estará muy atento a la evolución real de la LFP y la EPR, ya que estas relaciones influirán en las decisiones de la política monetaria de la Reserva Federal en los próximos años.

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