Las tensiones financieras se recrudecen en el segundo trimestre del año y la eurozona entra en recesión.
Es urgente que las autoridades europeas aceleren los planes de unión fiscal y bancaria, e intervengan para reducir las tensiones a corto plazo.
Si se aplican las medidas previstas en la cumbre europea y por el BCE, los problemas de financiación deberían comenzar a remitir después del verano.
La zona euro debería crecer muy ligeramente en 2013, aunque la periferia se mantendrá aun en recesión y los riesgos son a la baja.
Descargar el informe completo