En México el 62% de los adultos entre 18 y 70 años no tiene productos de ahorro o de crédito en instituciones financieras formales, a pesar de que el acceso a través de distintos canales está disponible para el 97% de los adultos.
La diferencia entre la oferta y el uso efectivo del sistema financiero supone la existencia de barreras de demanda que han sido poco exploradas hasta el momento. Gracias al interés del gobierno mexicano para medir y evaluar la inclusión financiera desde el punto de vista de la oferta y de la demanda, en el año 2012 en México se aplicó la primera Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF), la cual se constituye en un referente en América Latina para el estudio de la demanda de servicios financieros. Con los datos de la ENIF, a partir de un modelo probit, analizamos los factores socioeconómicos que desde el punto de vista de la demanda individual influyen en la decisión de no usar los servicios financieros formales de ahorro o crédito en México.
De acuerdo con el análisis realizado, la insuficiencia o variabilidad del ingreso y la autoexclusión son las barreras más importantes en el mercado mexicano, las cuales están influidas por tres tipos de factores: 1. variables que denotan vulnerabilidad individual como el nivel de ingresos, el género, la educación y la ocupación; 2. Variable geográfica sobre el tamaño de la comunidad donde habita el individuo (localidades con menos de 15 mil habitantes o más de 15 mil habitantes); y 3. variables que parecen relacionarse con la preferencia por el mercado financiero informal, como la capacidad de responder a shocks exógenos y el pertenecer a hogares con capacidad de ahorro.
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BBVA Research