La Reserva Federal lanzó el jueves un nuevo y agresivo programa de estímulo, en el que se compromete a comprar 40.000 millones de dólares en deuda hipotecaria por mes y a seguir comprando activos hasta que mejore sustancialmente el panorama para el empleo en Estados Unidos.
En un cambio significativo para el rumbo de la política monetaria, la Fed ató sus compras de bonos a las condiciones económicas, una decisión que generará controversia entre sus críticos.
“Si el panorama para el mercado laboral no mejora sustancialmente, el comité seguirá con sus compras de títulos de agencia respaldados por hipotecas, realizará compras adicionales de activos y empleará sus otras herramientas según sea apropiado, hasta que se alcance tal mejora en un contexto de estabilidad de precios”, dijo la Fed en su comunicado.
En una medida adicional que refleja la preocupación de la Fed por las salud de la economía estadounidense, los funcionarios del banco central dijeron que probablemente no subirán las tasas de interés desde sus actuales niveles excepcionalmente bajos sino hasta mediados del 2015. Anteriormente había dicho que podría subir las tasas a fines del 2014.