La presentación de la presidenta de la Fed, Janet Yellen, dejó en claro el pensamiento de la funcionaria, y probablemente del resto de los miembros del Comité de Política Monetaria: es necesario normalizar los mercados financieros, pero con mucho cuidado.
El dato de empleos de mayo, conocido el viernes, terminó por diluir las probabilidades de un alza de tipos de interés en junio, algo que parte importante de los inversores creían que podía suceder. Sin embargo, Yellen aclaró, con buen tino, que no se puede decidir por un dato puntual, como fue el magro informe de empleos del mes pasado, sino sobre una situación de mediano plazo, que aún sigue favoreciendo un aumento de tasa.
A tal efecto, Yellen habló de una disminución de la tasa de desempleo, y de las peticiones de subsidios que se conocen todos los jueves. Por otra parte, la variable de la inflación, que no pesa en estos momentos en el ánimo de la Fed, fue tomada en cuenta por Yellen; dijo que probablemente en los próximos tiempos haya un acercamiento del índice del coste de la vida al 2%, meta del organismo.
Para ello, se descuenta, se espera que el petróleo supere la barrera de los 50 dólares, la cual rozó varias veces en los últimos días, y que puede quebrar si el dólar sigue cayendo. En este caso, la cuestión de la inflación comenzará a ser tenida en cuenta no solo por la Fed, sino por la mayoría de los bancos centrales, que en los últimos tiempos optaron casi sin excepciones por emitir dinero, salida fácil con consecuencias generalmente nefastas -el caso de Argentina es un claro ejemplo de ello-.
Por el momento, el dólar no encuentra incentivos para recuperarse. El euro no cayó con los anuncios del Banco Central Europeo (BCE) del jueves pasado, y sí creció en buena forma con el dato de empleos de Estados Unidos. La superación de 1,1430, con una confirmación posterior en gráficos diarios, hará mirar los máximos del año, por ahora en 1,1615.
La libra esterlina tiene su contienda algo más difícil: si bien se aprecia ligeramente ante el dólar, está prácticamente intratable, y lo seguirá estando hasta el referendo por el Brexit, que mantiene a Reino Unido en vilo. Solo el quiebre de 1,4550 podría alentar un alza más importante de la libra, y una baja de 1,4350 un desplome muy resonante.
El yen, en tanto, tratará de seguir su camino alcista mientras el Banco de Japón no intervenga, algo que parece descontado para este mes. Conviene ver las resistencias del cruce USD/JPY para el resto de junio. La superación de 112 supondrá una aceleración del dólar. Todo esto queda muy lejos del nivel actual; en los próximos días el yen podría atacar sus propios máximos del año en 105,55, antes de emprender una baja importante.