Al finalizar la reunión de política monetaria del miércoles 27, la Reserva Federal dará a conocer su comunicado oficial. Nada nuevo se espera esta vez. Si en la reunión de junio el motivo para no tomar decisiones importantes era la proximidad del Brexit, en el encuentro de julio la razón es la misma, aunque con un matiz: pocos esperaban que Reino Unido saliera de la UE, y una vez que esto efectivamente va tomando forma, no existe manual alguno sobre como proceder, dado que las consecuencias reales aún no se ven.
La Fed suele abordar en su comunicado dos frentes: el externo, marcado precisamente por el Brexit, y este puede ser tal vez el impedimento mayor para, por ejemplo, proyectar un alza en los tipos de interés, algo que parecía descontado en diciembre de 2015, cuando después de casi 10 años tomó una acción semejante; el interno es no menos complejo. Sin que la inflación presente cambio alguno, con un PIB que crece a paso muy lento, y con el mercado laboral que en junio se recuperó con firmeza de varios meses a la baja, la situación realmente no da lugar a cambios bruscos.
La Fed parece sentirse cómoda y con la situación bajo control. La titular del organismo, Janet Yellen, aparece muy poco en escena, lo cual le está valiendo varias críticas de parte de la prensa especializada, y con justa causa: suficientes cosas pasan en el mundo para que justamente quien dirige el Banco Central más importante del mundo solo hable un puñado de veces por año, y casi por obligación; esto es, solo cuando las cuatro conferencias de prensa posteriores a sendas reuniones de política monetaria lo establecen, y en alguna presentación aislada, más que las que obligadamente lleva a cabo en el Congreso.
Los mercados no conocen entonces el pensamiento profundo de la Fed, y probablemente tampoco lo hagan al cabo de este miércoles. Los términos en que se pronunciará el organismo serán los acostumbrados: crecimiento moderado, mercado laboral más fuerte, inflación bajo control; solo la mención del Brexit y sus por ahora desconocidos efectos podrían salir del habitual tono del comunicado.
¿Cómo puede reaccionar el mercado al anuncio? Con movimientos moderados, probablemente favorables al dólar. Son muchos los miembros del FOMC que en diversas conferencias se pronuncian por elevar tipos de interés, aunque no votan en ese sentido cuando deben hacerlo. De modo que habrá que evaluar esta vez cuantos están a favor en forma oficial de mover la tasa -creemos que ninguno o muy pocos-, y que opinan de cara al resto del año, con la perspectiva de que en los próximos encuentros sí pueda haber novedades importantes. En ese caso, el dólar se verá más fuerte en el corto plazo.