La semana terminó con la decisión monetaria de Banxico de mantenimiento del fondeo en el 4.5%, como se esperaba, pero con un tono más incierto en cuanto al balance de riesgos de actividad global que el banco central considera que
supone además un sesgo a la baja en las perspectivas de inflación doméstica de mediano plazo. Eso no evitará en el corto plazo que las tensiones alcistas derivadas de problemas de oferta en algunos productos alimenticios mantengan el crecimiento de los precios por encima del 4%, como veremos con la inflación de la 1ª quincena de julio (martes 24: 4.29% anual). En todo caso, el tono del banco central evitará que en el caso de tener un resultado algo más elevado, ello impacte en las tasas de rendimiento domésticas.
Por el lado de la actividad, se hará evidente ahora en el IGAE de mayo (miércoles 25: -0.5% mensual) el impacto ya visto en la actividad manufacturera de la desaceleración en marcha en EEUU. Con todo, los elementos de soporte domésticos y las sorpresas alcistas que se registraron en los distintos indicadores de actividad en la primera parte del año auguran que la previsión de un crecimiento en México del 3.7% en 2012 es más que razonable incluso considerando un segundo semestre que será menos dinámico. Como se observa en el gráfico adjunto, el crecimiento previsto en el segundo y tercer
trimestre del año de acuerdo a la información más reciente es más que sobrado para alcanzar el 3.7% en 2012.