Durante los últimos meses, y según hemos podido leer en los medios, el magnate de origen ucraniano, Mikhail Fridman, habría estado presuntamente manipulando el precio de la acción de supermercados DIA (MC:DIDA) con el apoyo de la banca y de fondos de inversión a los que habría prestado sus acciones para venderlas a corto, provocar el desplome de su precio y poder adquirir la compañía a precio de ganga.
Esta estrategia podría estar a punto de pasar factura a Fridman pues, al precio actual en Bolsa, DIA no llegaría a valer siquiera 300 millones de euros. En este contexto y a la vista de diversas noticias que publica la prensa, muchas de ellas ciertamente tóxicas, todo parece indicar que fuertes grupos del sector “retail” podrían están planteándose la adquisición de la compañía. Entre ellos: MERCADONA, HEREDEROS DE CARREFOUR (familia Bontoux Halley) y EUROCASH GROUP; sin dejar a un lado a TESCO.
Entre los arriba mencionados, Luis Amaral, propietario de EUROCASH GROUP, según publican los medios, ya habría empezado a tomar posiciones en el valor.
Aunque, como señalaba, las noticias aparecidas en prensa recientemente podrían ser tóxicas, todas ellas tienen un eje común: el interés que otros grandes inversores del sector “retail” han puesto en DIA como consecuencia del desfase entre su valor real y el precio actual de la acción.
Cuando el río suena agua lleva, dice el refrán popular, y la entrada de cualquiera de los tres actores arriba mencionados podría complicar mucho, muchísimo la vida de Fridman, hasta el punto de llevarle a una pérdida de control real de la cadena de supermercados.
Todo ello unido a que, según se aireó en la prensa hace un par de semanas, Fridman no habría alcanzado su objetivo de control por medio de la dimisión de tres de los hombres más antiguos del consejo de administración que no le eran afines: Richard Golding, Antonio Urcelay y Mariano Martin y el consejo habría cerrado filas con ellos al no compartir la estrategia de adquisición de Fridman y los medios utilizados en la misma.
En consecuencia, la banca acreedora apoyó recientemente al consejo con la refinanciación inicial de 200 millones de euros necesaria para atender las necesidades de tesorería a corto plazo de DIA hasta que pudiera llevarse a cabo en los próximos meses la ampliación de capital cifrada en 600 millones de euros y ya garantizada por Morgan Stanley (NYSE:MS) con objeto de reforzar el balance de la cadena de supermercados.
“En cada juego y timo hay siempre un oponente, y hay siempre una víctima. El truco es saber cuándo eres el último; así puedes convertirte en el primero” (Fuente: película "Revolver").
Por el momento, y a la espera de movimientos ulteriores de Fridman, creo que éste ha sido el caso de los hombres del consejo de DIA, que habrían plantado cara al magnate. Conscientes de que eran los últimos, supieron ponerse al frente e intentar reconducir el camino hacia la senda de la legalidad vigente y de las buenas prácticas. Ello habría facilitado el nombramiento de Borja de La Cierva como nuevo CEO de la compañía y la entrada de Jaime García Legaz en el Consejo. Parece ser que Ana Patricia Botín, según los medios, tampoco habría respaldado a Fridman en estos movimientos. Si fuese así, un aplauso para el banco de color rojo, que ha puesto en entredicho la dudosa actuación de Goldman Sachs (NYSE:GS), banca de inversión fundada en 1869 y que, a la vista de los acontecimientos, habría cometido junto a Norges Bank un error garrafal al acompañar en el viaje de adquisición de DIA a quien a todas luces los medios señalan como un presunto delincuente financiero.
En mi opinión, y es solo una opinión personal fruto de la intuición de alguien que peina canas, el petróleo y el gas ruso serían las materias primas que habrían servido de aval para un comportamiento torticero de esta naturaleza, pues darían sentido a que dos entidades tan relevantes se hubiesen manchado las manos con el chapapote que parece pringar deshonestamente la adquisición de una simple cadena de supermercados. Francamente, por mucho que pienso, no encuentro otra razón de peso.
A menos que Fridman sea capaz de demostrar empíricamente, no solo a él mismo, sino al resto de los accionistas de DIA, que tiene mejores y más honestos planes de futuro para la empresa, para sus empleados, para sus acreedores y, por supuesto, para quienes le tienen que apoyar con sus votos, espero que los accionistas de DIA respalden la hoja de ruta de estos consejeros díscolos en la próxima junta general de accionistas si su plan estratégico ayuda a recuperar el tiempo y el valor perdido, incluyendo el respaldo de la prevista ampliación de capital estimada en 600 millones de euros.
Por cierto, se me olvidaba, en todo este sainete KPMG permanece silente, haciendo mutis por el foro. No estaría de menos que tras un ajuste patrimonial de 300 millones de euros, el auditor responsable de sellar las cuentas de DIA en 2017 diese una explicación de este desfase. Lo digo porque 300 millones es algo más de lo que vale el Edificio España, sito en el centro de Madrid, con 26 plantas, 32 ascensores y 107 metros de altura. Cuando paso a su lado paseando alguna tarde me pregunto: ¿cómo puede a uno pasársele por alto 300 millones de euros?
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