Líderes mundiales presionarán el lunes a Europa en la cumbre del G20 para que trace una estrategia de largo plazo que salve al euro y acabe con la tormenta financiera, luego de que la victoria electoral en Grecia de los partidos a favor del rescate no lograra calmar a los mercados financieros.
El presidente estadounidense, Barack Obama, habló con líderes europeos tras los comicios griegos y pidió reunirse con ellos este lunes por la tarde, en un reflejo de cuánto le preocupa que se profundice la crisis y que eso afecte la frágil recuperación de la economía norteamericana, a pocos meses para las elecciones.
Además mantendrá conversaciones separadas con la canciller alemana Angela Merkel, que como líder de la mayor economía europea enfrenta una enorme presión para tomar medidas rotundas a fin de resolver la crisis que lleva más de dos años.
Resguardados por barcos de la marina mexicana y soldados en las playas y carreteras, los líderes del Grupo de los 20 (G20), que reúne a las mayores economías industrializadas y emergentes, iniciaron dos días de reuniones en el balneario de Los Cabos para priorizar el crecimiento y la creación de empleos como una manera de impulsar a la desacelerada economía mundial.
Europa acordará adoptar “todas las medidas políticas necesarias” para mantener a la zona del euro estable e intacta y se instará a los países del bloque a buscar formas de romper el “círculo de retroalimentación” entre gobiernos y bancos, dijo una fuente del G20 citando un borrador del comunicado final de la cumbre.
La creciente violencia en Siria y el riesgo de colapso del plan de paz impulsado por Naciones Unidas también estarán sobre la mesa cuando Obama se reúna el lunes con el mandatario ruso, Vladimir Putin, al margen de la cumbre.
Las dos super potencias están en desacuerdo sobre el armamentismo de Siria y las sanciones de las Naciones Unidas.
REACCION A GRECIA
El progreso de Europa hacia soluciones duraderas para la crisis de deuda será el punto central cuando los líderes del G20 celebren su sesión inaugural sobre la economía global.
Aunque la estrecha victoria del partido conservador Nueva Democracia en las elecciones de Grecia alivió las preocupaciones de una pronta salida del país de la zona euro, no logró calmar mucho a los mercados financieros.
El euro cayó de un máximo de un mes frente al dólar y los rendimientos de los bonos españoles se dispararon por arriba del 7 por ciento a su nivel más alto desde la creación de la moneda única en 1999.
El primer ministro británico, David Cameron, que lleva las riendas de la mayor economía europea fuera de la zona euro, se preparaba para advertir a los líderes del bloque que enfrentan un “estancamiento perpetuo” sin nuevas medidas audaces y para llamar a los bancos centrales a proteger a la economía global.
“No podemos permitir que los bancos centrales del mundo se queden al margen si queremos lograr el crecimiento que necesitamos”, se aprestaba a decir Cameron, de acuerdo con extractos de su discurso difundidos antes de su participación.
Por su parte Merkel, que aterrizó temprano el lunes por la mañana en Los Cabos, enfrenta presiones para tomar medidas más fuertes pero ha rechazado las propuestas de lanzar bonos conjuntos de la zona euro y la creación de una “unión bancaria” en Europa con garantías transfronterizas de depósitos.
Alemania ha enviado señales de que estaría dispuesta a darle más tiempo a Grecia para poner su déficit bajo control, pero no está cediendo en la sustancia de los estrictos recortes presupuestarios y reformas estructurales que Atenas prometió implementar a cambio de los dos rescates sucesivos del FMI y la Unión Europea que, combinados, suman 240.000 millones de euros.
Merkel dijo el lunes a reporteros que el nuevo gobierno griego debe cumplir los compromisos hechos con los prestamistas internacionales y que cualquier relajamiento en los compromisos de reformas acordados sería inaceptable.
Eso podría poner a Merkel en trayectoria de colisión con el ganador de la elección Griega, Antonis Samaras, que hizo campaña prometiendo renegociar algunos elementos del rescate y reiteró esa postura el lunes.
David Mackie, un economista de JPMorgan, dijo que espera que los gobiernos europeos en última instancia fueran obligados a acordar una “reestructuración agresiva” de los préstamos que ya han otorgado a Grecia para ayudar al país a volver al camino sustentable.