Los bancos centrales de todo el mundo están retirando la mayoría —aunque no todas— las órdenes de minimización de pérdidas para ayudar a sus economías locales a suavizar el impacto de la pandemia del COVID-19.
El Banco de Inglaterra dijo la semana pasada que aumentará sus compras de bonos del gobierno en 150.000 millones de euros, 50.000 millones de euros más de lo que los inversores esperaban. Esto llevará las compras totales de bonos del Banco a un total de 895.000 millones de euros, incluyendo 20.000 millones de euros en bonos corporativos.
Sin embargo, el anuncio del Comité de Política Monetaria del banco central fue bastante indiferente con respecto a los tipos de interés negativos.
Teniendo en cuenta que la trayectoria implícita del mercado en cuanto a los tipos bancarios apenas ha registrado variaciones desde agosto, mostrando una ligera caída por debajo de cero, el comité de política monetaria comenta:
"Esto sugiere que los participantes en el mercado atribuyen algo de peso a la posibilidad de unos tipos negativos".
Los inversores han interpretado esto como que el banco central, y en particular el economista jefe, Andy Haldane, no comparten esas expectativas. Sin embargo, el banco ha pedido a las instituciones que comenten si pueden gestionar unos tipos bancarios negativos, sugiriendo que quiere mantener la opción abierta. Los miembros del comité se han sentido decepcionados al comprobar la utilidad de los tipos negativos donde se han probado.
El Banco de la Reserva de Australia ha recortado los tipos, pero el Banco de Japón no ha tenido margen de maniobra
El Banco de la Reserva de Australia demostró algo más de urgencia al comienzo de la semana, recortando sus tipos de interés oficiales hasta el 0,10% después de decir que no los bajarían por debajo del 0,25% cuando los tipos cayeron hasta ese nivel en marzo.
El banco central también anunció su primer esfuerzo de buena fe en la expansión cuantitativa, diciendo que compraría 100.000 millones de dólares australianos en bonos del Estado y bonos de los estados y territorios durante los próximos seis meses en una división de 80-20 con vencimientos de cinco a 10 años.
Anteriormente, el Banco de la Reserva de Australia había limitado sus compras a bonos a tres años, fijando como objetivo la tasa del 0,25%. Las nuevas compras de bonos están delimitadas en cambio por cantidad, para servir al mismo propósito que en muchas otras economías importantes en la prestación de acomodación monetaria.
La combinación, según el gobernador de banco, Philip Lowe, "bajará toda la estructura de tipos de interés en Australia". Eso, a su vez, apoyará a la economía a través de menores costes de financiación, un tipo de cambio más bajo y precios más altos de los activos.
El Banco de Japón no ha tenido prácticamente margen de maniobra, y mantuvo sus tipos de interés a un día en el -0,1%, manteniendo sus compras de bonos a 10 años para mantener el rendimiento en aproximadamente cero. El banco central ha estado perdiendo su batalla para impulsar la inflación, y el impacto de la pandemia en la demanda conducirá a una caída de los precios del 0,7% este año, según la previsión del banco japonés.
Japón también está registrando un aumento de las infecciones. "Las previsiones económicas siguen siendo muy inciertas y hay grandes riesgos a la baja", ha dicho el gobernador del Banco de Japón, Haruhiko Kuroda, tras la reunión de política monetaria del banco.
El BCE no introduce cambios… por ahora
El Banco Central Europeo tampoco ha implementado ninguna medida nueva en su reunión de política monetaria de finales de octubre, dando a entender que aumentaría sus compras de activos en diciembre y tal vez actuaría sobre los tipos de interés y los préstamos bancarios una vez que los responsables de la política monetaria "recalibren" y confirmen la mala noticia de que la economía de la zona euro se está viendo lastrada.
La Reserva Federal de Estados Unidos, por su parte, se vio en la incómoda posición de celebrar su reunión entre las elecciones a la Presidencia y el Congreso del 3 de noviembre y la confirmación de los resultados, que se retrasaron debido al alto volumen de votos por correo a causa del COVID.
La perspectiva de que el Senado siga bajo control de los republicanos significaría que las enormes medidas de estímulo propuestas por los demócratas serán mucho menores, presionando más a la Fed para que actúe en diciembre ajustando su programa de compra de activos.
Estados Unidos también se enfrenta a un rebrote de infecciones por COVID, pero es poco probable que se imponga una orden de confinamiento a nivel nacional bajo las diferentes jurisdicciones del país, especialmente a medida que crece el optimismo en torno a que ya viene de camino una vacuna eficaz.