Miren este gráfico:
La rentabilidad de la deuda griega 10 años cae 20 p.b. hasta 7.24 %.
El riesgo país en algo más de 7 puntos.
La rentabilidad más baja en siete meses, con la bolsa subiendo más del 1.0 % en estos momentos.
Ayer el Parlamento griego aprobó una ley que, en principio, cumple con las peticiones de los acreedores públicos para sacar adelante la primera revisión del Paquete financiero aprobado en la última parte de 2015. Es cierto que con cinco meses de retraso.
La nueva Norma aprobada ayer conlleva una subida de impuestos, la creación de un fondo de privatización y flexibilidad a la banca para liberar morosidad del balance.
El acuerdo político interno debería, así lo ve el mercado, reducir los obstáculos para que el Eurogrupo del miércoles dé su conformidad a la nueva liberación de fondos. ¿De qué montante hablamos? Según algunos rumores en medios, serían 11 bn. EUR (6 % del PIB), casi el doble de la cifra original estudiada. Esta cifra se utilizaría para: 1. Cubrir vencimientos de 4.2 bn a final de año; 2 bn. de pago de intereses en la segunda mitad; 3. Aplazamientos de pago corriente por casi 6 bn. Una cifra, al final, que podría cubrir las necesidades de financiación de este ejercicio partiendo del ligero superávit primario esperado.
¿Y reestructuración de la deuda? Es un tema más complejo de valorar.
Estamos hablando de facilidades en la deuda de 240 bn. (300 bn. total) con acreedores públicos.
Alemania rechaza haircuts, al mismo tiempo que se muestra a favor de aplazar los ajustes en la deuda hasta 2018.
Por el contrario, el FMI pide ajustes en términos de plazo y tipos de interés. También considera que un objetivo estable de superávit primario del 3.5 % del PIB es insostenible, suponiendo una excesiva austeridad.
La cuestión entonces, más allá del más que probable acuerdo financiero a corto plazo, se mantiene: ¿Cómo resolver el problema económico/financiero griego? Y son ya muchos años valorándolo...