Fiesta en los mercados financieros. Las bolsas descuentan la que va a ser la mayor aceleración económica en décadas en los próximos 6 meses y que nos va a llevar a un crecimiento que podría ser de doble dígito para el PIB real del segundo trimestre de 2021.
El optimismo ha vuelto a niveles de enero de 2018. La Fed y el Tesoro van a ser uña y carne. El dinero entra en la renta variable. Sobre todo en los sectores defenestrados y en las pequeñas empresas. Este nivel de optimismo casi nos garantiza que no veremos un techo en el mercado americano en el corto plazo. Pero no tardando mucho se recogerán beneficios de la espectacular subida. Y probablemente lo mejor del ritmo de la subida ya esté atrás.
La realidad económica fuera del limbo de los mercados es otra. Lamentablemente, esta aceleración del crecimiento y la inflación no va a paliar el sufrimiento de los millones de personas que se quedan sin ayudas a finales de año en EE.UU.