El mercado de la energía ha recobrado protagonismo en las últimas semanas con motivo de la corrección del precio del crudo iniciada a principios de año.
Los intentos de Arabia Saudí para convencer a los miembros de la OPEP a recortar la producción han sido fallidos y, a pesar de que algunos han accedido, el impacto global ha sido más un gesto que un asunto estructural capaz de alterar la oferta agregada y como consecuencia el precio del petróleo continúa cayendo. La producción de EE.UU. en zona de máximos históricos también es un factor a considerar.
La debilidad de la demanda global junto con excesos de oferta influyen negativamente en los precios, incluso después de que ayer se publicaran las caídas del nivel de inventarios de crudo en EE.UU.
Las trampas de los productores OPEP y ocultación de su producción real induce a los expertos a descontar que la producción total apenas ha variado. La dependencia que tiene los países productores de los ingresos de la venta del crudo imposibilita cualquier decisión drástica de reducción de la producción.
Distintos gobiernos de países pertenecientes a la OPEP aparentan formalismos de adhesión al jefe, Arabia, para después incumplir. La desconfianza forma parte de la naturaleza de los cárteles.
Ayer el crudo volvió a caer, dejándose algo más del 2%, tras comentarios de expertos y algún informe de grandes casas de análisis descubriendo 4 meses después del techo de febrero que el crudo está corrigiendo y además caerá hacia la zona de los 30 dólares por barril.
Discrepamos en los referido a precios objetivo y encuadramos el comportamiento actual del precio, de los medios y “expertos” dentro de un proceso normal de confusión deliberada.
El sector energético sintió de inmediato el desánimo inversor y las caídas de su materia subyacente, nuevamente perdió posiciones se dejó un 1,6% y reafirmó su posición como el peor sector del ranking del mercado americano en el año.
Tras un comportamiento bursátil tan decepcionante, el sentimiento de los inversores hacia el sector es realmente negativo y la ponderación cada vez menor. El aspecto técnico no favorece incursiones todavía pero existen algunos indicadores que invitan a estrechar el cerco de atención.
El Bullish Percentage Index del sector se ha desplomado y tan solo el 17,6% de las empresas que lo conforman presenta una posición técnica favorable, según gráficos Point & Figure, frente al 95% del pasado diciembre.
El 82% de valores en posición bajista es una lectura extrema y aunque aún cabe cierto empeoramiento, desde el nivel actual solo puede ser marginal. Presumiblemente será temporal y pronto surgirán oportunidades.
Otro factor a considerar para evaluar el sentimiento en el mercado del crudo es la curva de cotizaciones a futuro. Actualmente presenta una situación denominada contango, en la que los vencimientos de plazos más largos cotizan a precios superiores a los del contado y de plazos cortos.
Se trata de una demostración más de la negatividad que reina en el sector y un aporte adicional a interpretar, desde la Teoría de la Opinión Contraria, buscando una interesante oportunidad en ciernes.
Las bolsas respondieron con caídas moderadas a la bajada del crudo, en la recta final al cierre del segundo trimestre del año, para el que restan siete sesiones de contratación y quizá el séptimo trimestre de subidas consecutivas del índice S&P 500.
Las caídas apenas tuvieron repercusión técnica en los índices aunque las ventas centradas en el sector energético, cuyas empresas configuran buena parte de los índices de bonos de baja calidad (Hygh Yield o Basura), se trasladaron a la renta fija donde se produjeron caídas y novedades técnicas -ruptura de pautas- a considerar por su usual correlación con el conjunto del mercado.
La debilidad se ha impuesto y sin haber asistido a ruptura de pauta de los grandes índices, los nervios comienzan a aflorar dejando huella en los flujos de oferta/demanda, con cierta huida de inversores de renta variable que se dirigen a comprar bonos, tal como esperamos siga sucediendo en el próximo futuro.
Cualquier ruptura de pauta técnica de los índices bursátiles animará al tradicional efecto de vuelo a la calidad, hacia la compra del sector de bonos soberanos e impulsará al alza nuestra posición abierta desde hace semanas esperando tal desenlace.