La Reserva Federal (Fed) inicia hoy su última reunión de política monetaria del año, al cabo de la cual emitirá un comunicado oficial con las medidas que tome al respecto.
La expectativa ha ido creciendo en las últimas horas, y si bien son varios quienes opinan que habrá aumento de tipos de interés, son también muchos quienes creen que el organismo esperará a que el nuevo presidente Trump asuma su cargo el próximo 20 de enero.
Como fuera, lo que le espera al mercado es un aumento del dólar en todos los frentes en un plazo corto. La ecuación no es difícil de resolver: si los bancos centrales principales, con excepción de la Fed, han debido recortar sus respectivas tasas de interés, tratando de darle algo de movimiento a sus economías en algún caso,tratando de salir de un estado recesivo en otros, y la propia Fed va en sentido contrario, el dólar debe fortalecerse por peso propio.
Más aún en algunos casos, como en su cruce ante el euro, cuando el Banco Central Europeo acaba de anunciar que, con algún nivel de recorte, estirará su plan de estímulo a diciembre de 2017, y con tasa de interés en cero.
Un solo cuarto de punto llevaría al costo del dólar a estar medio punto por encima del de la libra esterlina (0,25% es la tasa del BoE), 0,85% sobre la del BoJ, que tiene tipos negativos, y así sigue la lista.
Por supuesto, hay excepciones. El dólar se fortaleció durante gran parte del año ante las divisas principales, pero acentuó su alza ante las monedas de países emergentes en el segundo semestre, empujadas a la baja por la caída del precio de las materias primas. Y así y todo, la recuperación del petróleo,otra vez por encima de los 50 dólares, le da aire a varias de ellas.
Pero así como no se pueden comparar las tasas de interés de los bancos centrales de los países emergentes, que en la mayoría de los casos luchan contra rebrotes inflacionarios, crisis financieras, laborales o políticas, lo que se tiene en cuenta es el costo que pagan por tomar deuda, que es la gran preocupación que muchos tienen de cara al próximo año.
En todos los casos, como se ve, el destino de la economía global pasa por lo que diga Janet Yellen y el Comité de Mercados Abiertos el miércoles.
Eso sí: no conviene tomar posiciones antes de tiempo. A veces, hasta la Fed tiene sorpresas para dar.