Son muchos los que tratan de establecer una barrera entre la inversión y la especulación. Yo mismo tengo un tío con el que debatimos constantemente en los encuentros familiares sobre este tema. A él le gusta denominarse como un Value Investing (invierte en bolsa, únicamente comprando en acciones por fundamentales) , diciendo que apuesta por el valor de las compañías y de forma graciosa me llama especulador, por que hago operaciones de muy corto espacio de tiempo esperando obtener un beneficio rápido. Pero hay algo más como punto diferenciador a parte del tiempo. En la especulación debemos olvidarnos del valor intrínseco de cualquier instrumento. Lo único que debe importarnos es el valor percibido, el valor que recibe el instrumento por parte de los profesionales, no el valor que representa el título como parte de una empresa dentro de un índice, dentro del mercado de valores. El valor intrínseco es solo una parte del valor percibido.
Podemos estar horas debatiendo, pero al final el objetivo es el mismo: obtener beneficios de las diferencias de precios en las cotizaciones para continuar en el negocio.
– ¿Profesionales? – me preguntas.
Sí, en cualquier mercado donde intervenga el dinero y haya posibles beneficios a obtener, hay profesionales. En el caso de los mercados financieros, los profesionales no son los gestores de fondos de inversión o pensiones. Escribiendo esto, un gran número de fondos de inversión se encuentran en negativo (además en España no pueden ponerse cortos). Los gestores de fondos tienen serias dificultades para obtener beneficios salvo cuando se encuentran con un mercado alcista.
Los verdaderos profesionales son operadores privados sindicados y/o asociados que se unen en grupos y actúan coordinados para acumular (comprar) o distribuir (vender), grandes volúmenes de títulos bursátiles y así obtener importantes beneficios conjuntamente.
A estos últimos se unen los creadores de mercado. Estos no controlan el mercado, únicamente responden a las condiciones del mismo y sacan un beneficio que el mercado les permite. Aprovechan las oportunidades que éste les da, pánico vendedor o debilidad del mercado, para de esta forma obtener un beneficio aún mayor mediante la manipulación del precio, pero solo pueden hacerlo si el mercado se lo permite. Los creadores de mercado están en conocimiento de los movimientos de los profesionales de manera que obtienen beneficios con sus movimientos.
En este punto cabe añadir que las manos fuertes son aquellas que obtienen ventaja del mercado y se caracterizan por tener buenas posiciones en el mercado, están en el lado correcto del mismo, tienen un capital amplio, no están apalancados en exceso, leen el mercado con un elevado grado de competencia, pueden asumir pérdidas frecuentes pero pequeñas y controladas, ya que han aprendido a cortar las pérdidas y son rentables, puesto que han aprendido a dejar correr las ganancias.
Al otro lado nos encontramos a las manos débiles, suelen ser operadores novatos (lo que la industria llama "pichones") que están infra capitalizados, o excesivamente apalancados y no pueden soportar las pérdidas, suelen estar en el sentido incorrecto del mercado. Toman decisiones por instinto y en base a sus emociones. Son operadores que no siguen una buena gestión monetaria y han permitido verse atrapados en el mercado cuando se ha movido en su contra y están rezando y suplicando que el precio se gire y vuelva a la cotización donde ellos entraron. Suelen cortar las ganancias y dejar correr las pérdidas y están la mayor parte del tiempo en la fase de participación.
Por último, concluiremos que un movimiento alcista aparece cuando las manos débiles transfieren sus títulos, en la fase de acumulación, a las manos fuertes generalmente con pérdidas sustanciales para los débiles. Y por otro lado, un movimiento bajista se produce cuando ocurre lo contrario pero en la fase de distribución. Recuerda:
Los toros entran largos en la fase de acumulación, los osos cortos en la fase de distribución y los cerdos mueren por el camino en la fase de participación.
Ahora ya sabemos un poco más de cómo actúan los partícipes de un mercado. Habrá que estar atentos y ver qué tipo somos, leer bien el mercado y convertirnos en parte de las manos fuertes.