Un día muy complejo se vivió el jueves en los mercados, con un derrumbe generalizado de las bolsas de valores, y con el petróleo en mínimos de 13 años. Nadie puede afirmar a que se debe semejante caída, aunque una combinación de factores, con la baja del petróleo a la cabeza, se conjugan para vivir un momento poco olvidable para las finanzas globales.
La banca europea perdió en un solo día 350 mil millones de dólares, las bolsas mucho más, y el petróleo que estuvo a punto de quebrar los 26 dólares (WTI) llevó a las monedas de países emergentes a mínimos históricos. Entre ellas, al peso mexicano, que llegó a 19,45 por dólar, algo impensable poco tiempo atrás.
Los países emergentes viven en su mayoría horas difíciles. A la baja de las materias primas, se le suma ahora la apreciación del dólar, lo cual torna más rentables las exportaciones, pero genera inflación e inquietud en el plano local.
En cuanto a las divisas, al igual que lo sucedido días atrás, el euro y el yen se han convertido en los activos en que se refugian los inversores. Así, la divisa nipona quebró la zona de 111 por minutos, llegando a su máximo desde fines de octubre de 2014, cuando sorpresivamente el Banco de Japón (BoJ) devaluó al yen aumentando la masa monetaria.
Técnicamente, habían quedado varios gaps -el más considerable en 112,45-, sobre los cuales hablamos varias veces en este espacio, y que fueron cubiertos con el movimiento de la víspera. También desde este ángulo, el yen sigue presentando fortaleza, aunque comienza a sonar en Japón la palabra "intervención", algo a lo que el BoJ se vuelca cuando no se siente cómodo.
No sería de extrañar que incluso fuera de horario asiático la entidad presidida por Haruiko Kuroda intervenga en el tipo de cambio USD/JPY, una medida tan entendible como efímera.
Habitualmente, los 300 o 400 puntos que gana el dólar de inmediato se consumen en minutos. Pero es comprensible: al gobierno de Shinzo Abe le llevó dos años llevar al yen de 100 a 125 el tipo de cambio, y otra vez la divisa está más cerca del punto de inicio que del objetivo buscado.
Tampoco está conforme Thomas Jordan, presidente del Banco de Suiza, que en materia de intervenciones sabe bastante: 13 meses atrás puso en jaque a la banca mundial con una apreciación del franco sin precedentes. Lejos de esos niveles, en 0,97, Jordan podría intervenir al franco en las próximas horas, buscando que el tipo de cambio no se aleje mucho de la paridad.
Pero ni Kuroda ni Jordan podrán hacer mucho por sí mismos. Si China no logra mejorar sus números, la OPEP no deja de bombear crudo para perjudicar a los productores de petróleo por vías no convencionales, y la ola de pánico no cesa, el euro y el yen serán buscados por tiempo indefinido. Cuando puede terminar esta situación? No se ve muy claro.
Lo único seguro es que el petróleo no desaparecerá, y que los países productores estarán esperando que su competencia se ahogue para dejar de colocar crudo, y llevarlo en pocos días más allá de los 40 dólares. Será el momento de comprar futuros del petróleo? Tal vez sí, aunque son muchos los que lo ven debajo de los 20 dólares en el futuro cercano.
En un contexto muy complejo como el que se describe, el viernes asoma como otro día de altísima tensión. El euro retrocede desde 1,1374, que tocó en su máximo de la víspera, y el yen reduce su enloquecedor movimiento alcista de la semana, aunque no se aleja de 112.
Los datos de ventas minoristas de Estados Unidos, otrora de muy fuerte impacto, no generarán más que preocupación adicional a los mercados, y probablemente seguir hundiendo a las acciones en Nueva York. Nos espera, pues, una sesión asiática de fuertes movimientos y, como siempre de buenas oportunidades.