Podría casi asegurar que todos o casi todos los aspirantes a traders, han pasado por fases muy difíciles en su proceso para alcanzar la regularidad en los beneficios.
Algunos de nosotros hemos cometido todos los errores posibles que se pueden cometer cuando nos iniciamos en este apasionante, pero también cruel mundo (cruel por culpa nuestra, claro). Yo soy una de ellas, sobreapalancamiento, sobreoperación, mover stops o quitarlos, entrar sin el cumplimiento de las premisas de tu sistema de trading y, de hecho, operar sin ningún tipo de sistema. Yo, puedo afirmar y asegurar, que no me he perdido ni una de estas movidas tan destructivas, no solo para mi cuenta, sino también para mí misma.
Cuando estamos en esas fases como aspirantes a traders y estamos sumergidos en estas espirales muy dañinas, ¿cómo podemos frenar todo esto? ¿cómo paramos esta vorágine de desgracias?
Bien, golpe en la mesa y fuerte.
Escuché decir al protagonista, Rocky Balboa en la película "Creed 2": "Si quieres cambiar drásticamente, tienes que hacer cambios drásticos".
Y así es amigos. Cuando estamos metidos en esa espiral, estamos sumergidos dentro de la profundidad de un tornado, es como si estuviéramos dentro de él, dando vueltas y vueltas y no pudiéramos salir por más que lo intentáramos.
Cometemos un error, nos frustramos, duele y nos repetimos a nosotros mismos, "ya no cometo ningún error más, mañana empieza un nuevo día y una nueva era..." Y mañana volvemos a caer o al otro... Y así sucesivamente, semana tras semana. Y empezamos a pensar que no se puede, que el trading no es para nosotros y abandonamos.
¿Cómo podemos hacer que ese mañana sea el definitivo?
Mucho ya hemos comentado de herramientas y técnicas para ayudarnos a evitar algunos de los errores principales en el trading.
Pero, el cambio debe empezar en un sitio: en tu corazón. Sino empieza desde ahí, el cambio nunca será drástico.
Los seres humanos nos movemos por emociones, pensamos sí, pero sentimos más. Y moveremos tierra y cielo, avanzaremos con toda nuestra voluntad (y el ser humano puede tener mucha, infinita voluntad cuando quiere), si perseguimos algo, movidos porque lo deseamos realmente, porque lo queremos por algo más que no sea material, porque lloramos cuando pensamos en llegar a conseguirlo. Así es.
Recuerdo cuando hice mi primera maratón, la de Barcelona. Recuerdo perfectamente cómo, muchas noches, pensando en el momento de cruzar la meta, lo feliz que sería. Y aún siento cómo me emocionaba solo de pensar en ese momento. ¿La terminé? Nada me lo hubiera impedido.
Hoy por hoy, sueño con terminar una carrera mucho más larga, la Spartathlon, de 246 km. Cada vez que veo algún vídeo de esa carrera y observo a los corredores vencedores llegando a meta, se me saltan las lágrimas, no os engaño. Mucho camino me queda por delante, es un reto enorme para mí y sé por lo que voy a tener que pasar, cansancio, dolor, alguna lesión, horas robadas al descanso y al sueño el fin de semana y otros sacrificios más. Y mucha paciencia, por supuesto, es un largo camino de 2, 3 e incluso algún año más.
Pero cuando después de 10 horas de trabajo, me puedo escapar a correr, ¿dudo?
Cuando llevo 15 km y empiezo a estar cansada y mi cuerpo me pide parar, ¿paro?
Cuando después de una dura semana, el sábado suena el despertador a las 6:00 AM para ir a correr mi tirada larga semanal, ¿me quedo en la cama durmiendo?
NO. Porque cuando ocurre todo ello, lo que me hace no dudar en salir a correr, no parar cuando estoy cansada y he de seguir, levantarme de la cama y salir a correr un sábado temprano, es mi sueño, estoy movida por un sueño que tengo en mi corazón, no es algo racional, no está solo en mi mente, está en algo más profundo de mí. Y eso, amigos, es lo que mueve la voluntad más profunda y más poderosa que hay en cada uno de nosotros, nuestras emociones, nuestro corazón.
Y en el trading ocurre igual. No podemos pretender salir de esa espiral autodestructiva con la cabeza, con los pensamientos, así no lo conseguiremos. Y aquellos que quieren conseguir la consistencia movidos únicamente por el dinero, fracasarán.
Los seres humanos tenemos una voluntad que puede mover montañas si nos lo proponemos, podemos ser capaces de todo si queremos, pero lo hemos de querer desde más allá de lo superficial, el punto de partida de ese deseo ha de venir desde más adentro.
¿Por qué estamos en el trading? ¿Qué nos mueve a pelearnos cada día con nosotros mismos? ¿Por qué aguantamos esos sentimientos de frustración día tras día?
Hagámonos esa pregunta. Quizá es tener unos ingresos extras para ayudar a nuestra familia, para poder tener mejores vacaciones y disfrutarlas con los nuestros, quizás queremos dejar nuestro trabajo porque ya no nos llena y hemos descubierto en el trading nuestra pasión, porque queremos trabajar desde casa y estar más con los nuestros,...
Todos tenemos un motivo que es la causa de que cada día resistamos a otra guerra emocional y si estamos ahí es porque lo deseamos realmente, sino, uno no resiste a estas espirales fácilmente, los que no son movidos por una emoción, abandonan.
Os propongo un ejercicio a hacer cada día y convirtámoslo en un hábito: realicemos un trabajo de visualización cada día antes de operar, visualicemos que alcanzamos nuestro sueño de ser traders y visualicemos cómo puede ser nuestra vida alcanzando ese sueño. ¿No os emocionáis? ¿No sentís que lo queréis con todas vuestras fuerzas? ¿No sentís hervir la sangre impulsora de la voluntad que casi hace que os levantéis de la silla?
¿Lo deseáis de verdad? Pues hacedlo.
Se acabaron las espirales autodestructivas. Perseguís un sueño, lo visualizáis cada día antes de operar. Ahora toca empezar a construirlo, operad con un Trading Plan y seguid cada premisa y coma que hay escrito en él y comenzar a recorrer el camino hacia vuestro sueño.