A penas en enero veíamos que la construcción ya no caía, cuando ahora el resultado de febrero ubica a la construcción retrocediendo nuevamente, aunque en menor medida que al cierre del 2012. Durante febrero la actividad en la construcción frenó hasta 2.3% en su comparación anual, como resultado de disminuciones de 2.7% y 2.3 en la edificación y en la obra civil respectivamente. Sólo la actividad de los trabajos especializados subió, pero su poca participación anuló su contribución. La edificación suma ya su tercer mes consecutivo con un balance negativo, que con una participación mayoritaria presiona el resultado del sector. En ocasiones, como en enero, la obra civil genera un contrapeso con un efecto positivo, pero es ta ocasión, el segundo componente más importante de la construcción también cayó.
Al comparar la serie de actividad industrial de la construcción ajustada estacionalmente contra el índice global de actividad económica (IGAE), observamos que el sector sigue con un desempeño por debajo de la economía en su conjunto. La brecha entre ambas series ha disminuido, en parte por una desaceleración del IGAE como por un mejor resultado mensual de la construcción.
Indicadores oportunos constatan el paso hacia atrás
La inversión en construcción dejó el terreno negativo que comentamos en el mes anterior, y durante enero creció 1.2% en su base anual. Aunque un resultado positivo es una buena noticia, el avance es muy modesto para reflejarse positivamente en la actividad del sector.
Por otro lado, las ventas de cemento y concreto sigan disminuyendo a un ritmo superior al 4% anual. Otros insumos como asfalto, estructuras metálicas, arena y grava observaron un descenso en su demanda. En contraste, el número de trabajadores de la construcción registrados en el IMSS volvió a subir, ésta vez 4% en su comparación anual. En los meses más recientes este número permanece alrededor de los 1.3 millones de trabajadores. En febrero, el saldo de cartera de crédito a la construcción muestra un baja de 5% respecto al cierre del 2012. Lo anterior se explica por una estabilización del crédito a construcción no residencial, mientras que el crédito a los desarrolladores de vivienda baja. Del lado del financiamiento, destaca la calidad de la cartera al mantener su morosidad en 3.2%.
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