La temporada navideña no ha servido para evadirse del problema de las inminentes reformas fiscales y de los recortes automáticos del gasto que se conoce como el abismo fiscal. Una vez pasadas las elecciones presidenciales y con poco tiempo restante de 2012, el abismo fiscal sigue siendo el centro de atención principal. La situación política se ha mantenido relativamente sin cambios, Obama continúa en la presidencia y el Congreso sigue dividido, de modo que las incertidumbres con respecto a una posible solución fiscal son todavía elevadas. En general, la magnitud del abismo fiscal depende de los multiplicadores fiscales y de la capacidad de ambos partidos para llegar a un acuerdo. Si los responsables de la política llegan a un compromiso sobre los recortes en la Ley de control presupuestario, la vía del impuesto alternativo mínimo (AMT por sus siglas en inglés) y los recortes en el impuesto sobre la renta, el impacto del abismo fiscal se reducirá considerablemente.
Entre los posibles escenarios de acuerdo fiscal, los dos resultados mas plausibles son un acuerdo democratico y un acuerdo para "postergar el problema" medeante el cual los responsables politicos retrasen estos asuntos hasta más entrado 2013. Como los demócratas tienen el control sobre la Casa Blanca y el Senado, la probabilidad de un acuerdo de sesgo republicano ha disminuido notablemente. Según nuestras estimaciones, la probabilidad de que el Congreso (en proceso de cambio por fin del periodo de gobierno) no llegue a un acuerdo se ha reducido a 25% debido a las crecientes presiones para evitar otra contracción económica en 2013. Aún así, el abismo fiscal presenta un importante riesgo a la baja para el crecimiento en el próximo año, y nuestras previsiones para la actividad económica podrían ser susceptibles de una revisión a la baja en el peor escenario posible.
El FOMC espera un milagro del Congreso y la nueva administración mientras aumenta la preocupación por el abismo fiscal y la crisis europea. Dado que el fin de la Operación Twist está programado para diciembre, es probable que el FOMC tenga capacidad para hacer compras adicionales de valores del Tesoro y discutir otras herramientas durante la primera mitad de 2013 según sea necesario. La posibilidad de una resolución total del abismo fiscal es cada día menor, y el FOMC ya ha reconocido el impacto de la incertidumbre a la espera de un posible acuerdo. Por consiguiente, prevemos que la Fed no ajustará su política de flexibilidad de forma significativa ni siquiera en la remota posibilidad de que el Congreso aborde el abismo fiscal en su totalidad antes de la fecha límite de finales de año.
Esta increíble incertidumbre fiscal ha provocado ansiedad tanto en las empresas como en los consumidores acerca del ingreso y de las reformas fiscales futuras. Nuestros índices internos de riesgo e incertidumbre aumentaron considerablemente el mes pasado, lo que refleja la creciente ansiedad de los mercados financieros. Las empresas en particular se han vuelto sumamente conservadoras a la hora de planificar las inversiones de capital y la contratación en 2013. Por tanto, se prevé que el crecimiento del 4T12 será mucho más lento en comparación con la tasa del 3T12, 2.7% después de ser revisada al alza. Entre los factores que impulsaron la revisión del tercer trimestre se encuentran unas exportaciones más fuertes, unas importaciones más débiles y el aumento de los inventarios de las empresas privadas.
Los dos últimos factores apoyan nuestras previsiones de crecimiento más lento en el cuarto trimestre: las empresas se preparan para una demanda de consumo inferior en los próximos meses y no es probable que vuelvan a reponer los inventarios dado el significativo aumento que tuvieron en el 3T12. Los últimos datos también han apuntado a un impacto temporal del huracán Sandy, con presiones adicionales sobre la producción y el gasto del 4T12. Lo que sí esperamos es que una vez que se ponga en marcha el proceso de recuperación y reconstrucción tras la tormenta veamos un impacto positivo del mismo sobre el crecimiento del 1S13, lo que contrarrestará probablemente la mayor parte de los efectos negativos. En general, nuestro escenario central para los próximos años se mantiene prácticamente sin cambios con respecto al mes pasado, salvo un ligero aumento en nuestras expectativas de las tasas de interés a largo plazo. Como siempre, los riesgos se inclinan a la baja e incluyen las reformas fiscales, la crisis europea, el continuado desapalancamiento de los hogares, las desaceleraciones de las economías emergentes y los conflictos geopolíticos.