Los Fondos de Inversión son instrumentos de ahorro a largo plazo. Al menos en teoría. Y los gestores cobran por hacer rentables esos ahorros. En teoría también. Pero, ¿tienen los inversores información y acceso a los mejores fondos y gestores?
“El objetivo de la CNMV es velar por la transparencia de los mercados de valores españoles y la correcta formación de precios, así como la protección de los inversores.”
Esta es una de las funciones de la CNMV. ¡¡Y los inversores somos todos!!! Pero, tal y como está el sector, ¿está el inversor protegido? O mejor, con la estructura actual ¿se está velando por el mejor interés del inversor?
Nada tiene una respuesta sencilla. La realidad es que todo es más complicado. El sector en España está bancarizado, y esto es un problema. Y lo es porque se convierte en una suerte de oligopolio donde la incorporación de nuevos jugadores es complicada, las reglas las pusieron unos pocos y resulta imposible o casi, cambiarlas. Y cuando se cambian, normalmente no perjudican en exceso al lobby.
Fuente: Elaboración propia con datos de Inverco
Esta tabla resume muy bien cómo ha estado y está el sector. En 2013 el 90% del patrimonio en Fondos de Inversión estaba gestionado por Bancos y Aseguradoras. En julio de 2017 era del 89%. Un cambio muy pequeño y poco significativo.
Fuente: Elaboración propia con datos de Inverco
Si tenemos en cuenta los 10 o 5 primeras entidades por volumen de gestión, los porcentajes son más clarificadores aún. Y todos ellos son bancos o aseguradoras (salvo Bestinver en 2013), con pequeños cambios en cuanto a los nombres.
Fuente: Elaboración propia con datos de Inverco
Por comparación, en UK las primeras 5 firmas gestoras gestionan el 40% y las 10 primeras gestionan el 56%. Aparte de la diferencia de porcentajes, la composición es sustancialmente distinta, con una menor presencia de los bancos.
Fuente: https://hub.ipe.com/top-400/uk-asset-manager-tables-2015/10007231.fullarticle
Alguien podrá decir que algo está cambiando en este sentido en España, pero la realidad es que, si lo está haciendo, es muy poco a poco. En términos porcentuales hay una cierta mejora, como podemos observar en los años 2015 y primer semestre del 2017, donde el crecimiento del patrimonio del resto de entidades se incrementó por encima del de bancos y aseguradoras. El problema es que dada su cuota de mercado, en términos monetarios, la diferencia es poco reseñable.
Fuente: Elaboración propia con datos de Inverco
En definitiva, un sector que presenta un perfil complicado, o al menos poco propicio para que el gestor independiente tenga alguna influencia. Y esto al final, al que perjudica es al inversor.
Como destacaba recientemente un artículo en Finect, “Sólo 1 de cada 3 fondos más vendidos está entre los más rentables“. Lo cual viene a definir un mercado ineficiente, es decir la rentabilidad sólo justifica un tercio del éxito comercial. Por tanto el inversor busca otra cosa, o las entidades son capaces de vendérsela, ya porque le ofrecen otros productos y servicios (ventas cruzadas), le venden comisiones más bajas (no cierto por otro lado), o los tienen cautivos (cautividad voluntaria ya reconocida en 2007). Además nos encontramos con los problemas de distribución de ciertos productos sin “padrino” o con las facilidades si perteneces al Grupo.
Este artículo The life of an emerging manager lo refleja bien, “The big players in the space have all the money and resources in the world to make sure they stay on top, and there’s a lot of reasons to be scared”.
En fin, sea como fuera, lo que tenemos en España es un mercado concentrado, con altas barreras de entrada, y básicamente ineficiente. Pero lo que es peor es que, como vemos en las tablas, los pequeños cambios que se están intuyendo, se convertirán en meras anécdotas, si la velocidad de crucero es la reciente.
Si no se premia la calidad y en cambio se favorece la posición dominante, la realidad seguirá siendo la misma.
Y aquí es donde aparece, o más bien desaparece, la CNMV.
Un ejemplo sería el hecho de que las comisiones estén bastante limitadas, lo cual, desde nuestro punto de vista, favorece la mediocridad, la escasez de competencia por producto, en resumen, el status quo. Si realmente favorecieran la gestión, no habría límites. Cada cual que ponga las comisiones que quiera, que ya el mercado actuará. Estas limitaciones seguro que en principio fueron instituidas para evitar abusos, pero lo que está permitiendo es que los buenos gestores independientes necesiten mucho volumen de activos para poder gestionar de manera independiente, lo cual evita la entrada de nuevos gestores y la permanencia de muchos (no por falta de calidad, sino por falta de recursos).
Una alternativa para los pequeños gestores sería poder disponer de comisiones de éxito (con límites superiores o sin límites) que puedan compensar limitaciones en las comisiones de gestión con volúmenes bajos. Al fin y al cabo, es una remuneración variable, y por tanto sólo se cobra si hay éxito. Otra cosa es que haya que estructurarla adecuadamente para que el inversor no salga perjudicado, y aquí debería aparecer de nuevo la CNMV.
El negocio de los bancos es de volumen, y con la red de distribución lo tienen relativamente fácil. El resto no tiene capacidad de acceso a las masas, y por tanto tiene que competir por producto, pero con las reglas de los grandes, y así es muy difícil.
Pero es que además esta situación , que en principio iba a mejorar en algunos aspectos con la nueva normativa MIFID II, tiene toda la pinta que acabará más en simples fuegos artificiales.
Nos encontramos pues con un mercado diabólico, donde es muy complicado competir, con altos costes fijos, en desigualdad de condiciones, con límites a las remuneraciones, y donde la estructura no permite recompensar la calidad.
Mucho trabajo debería estar haciendo la CNMV en este sentido, facilitando la competencia, flexibilizando comisiones, permitiendo esquemas de comisiones en función de la permanencia, eliminando burocracia, facilitando el acceso a los actores menores a canales de distribución masivos y reestructurando procesos que disminuyan los requerimientos de sistemas, entre otras tareas.
Un sector más diversificado, con más competencia, favorecerá la aparición y permanencia de los mejores gestores y productos, en beneficio de los inversores. Y eso, como mencionábamos al principio, es obligación de la CNMV.