Toda persona que se dedica al trading, ya sea nobel o tenga cierta experiencia, debe conocer el concepto de consistencia emocional. Y no solo conocerlo, sino interiorizarlo en sí mismo y tratar de alcanzarlo. Para el principiante será fundamental ir dando pasos en este sentido para salvaguardar su cuenta de trading de esos impulsos irracionales tan difíciles de controlar, y el trader con experiencia ha debido realizar el proceso de transformación mental necesario para alcanzarla, o al menos acercarse, en su evolución como operador.
Aquellos que no den importancia al factor psicológico, a la hora de operar en los mercados bursátiles, o psicotrading, estarán pensando: ¿Qué es eso de consistencia emocional? si yo me dedico a leer gráficos e interpretarlos… ¿Cómo me va a ayudar en mi actividad como trader?
La consistencia emocional la defino como el estado de fortaleza mental necesario para que una trade o una serie de trades negativas no cortocircuiten tu cerebro y abandones temporalmente tu plan de trading establecido para meterte en un embrollo de azar difícilmente justificable. No todos los días nos levantamos de la misma manera, ni tenemos la cabeza igual de fresca y lúcida delante de las pantallas para leer el gráfico, días de mala operativa siempre vas a tener, pero si tu mente es lo suficientemente fuerte para controlar los impulsos irracionales que te empujan a sobre operar o querer recuperar rápidamente un resultado negativo, conseguirás que un día malo sea simplemente un día malo y no se convierta en un bocado a tu cuenta de trading y a tu estado emocional difícil de gestionar y de recuperar.
No debemos olvidar que las emociones siempre están ahí mientras estás operando, y es inevitable sentirlas. Algunos mentores o gurús del trading abogan hacia que debemos actuar como un robot delante de los gráficos, dejando los sentimientos a un lado.
Yo considero sin embargo que operar en Bolsa, y por tanto gestionar dinero, ya sea dinero propio o de terceros, lleva implícito las emociones del miedo y avaricia, frustración y alegría, y la gestión positiva o negativa de estas emociones con mucha frecuencia tienen mayor impacto en el resultado de una operación que el punto de entrada.
Por tanto, en nuestra evolución como traders, no debemos únicamente centrarnos en la parte técnica, en adquirir los conocimientos necesarios para hacer buenas lecturas gráficas. Hay que dar la importancia que merece a la parte psicológica del trading, y al igual que trabajamos la parte analítica, hay que ocuparse duramente de nuestros hábitos y nuestra mente con el fin de alcanzar ese nivel de consistencia emocional necesaria para poder plantarnos delante de una pantalla con la seguridad de que el timón lo tendrá durante toda la sesión la parte racional de nuestro cerebro, sin darle ningún resquicio a la irracionalidad.
Diría que esta transformación interior de uno mismo se puede adquirir por dos vías diferentes, bien de motu propio, trabajando esta faceta como una más dentro de la complejidad del trading, o como alternativa de los varapalos recibidos a lo largo de tu carrera como operador. En la mayoría de los casos es por esto último. No hay nada como un buen socavón en tu cuenta de trading para replantearte qué estás haciendo mal y poner los cimientos mentales necesarios para que no vuelva a repetirse.
Si logras alcanzar ese nivel de fortaleza mental, el paso adelante que habrás dado en tu carrera como trader será enorme. Un plan de trading ganador es destrozado por una mentalidad débil, pero un plan mediocre se elevará si el trader es consistente emocionalmente.
Es más, para una persona que se inicie en el trading la última meta que debería fijarse es obtener beneficios. Ni siquiera al principio de nuestro periplo como trader es importante que las trades sean positivas o negativas. Obviamente, una operación positiva es un estímulo y una recarga de nuestra autoestima, pero no debe ser un objetivo en sí mismo en nuestros inicios. Lo más importante, el primer objetivo que debe fijarse como meta un trader iniciado debe ser adquirir los hábitos y la mentalidad necesaria para alcanzar la consistencia emocional.
Este es, bajo mi punto de vista, el objetivo prioritario, y seguramente el más difícil de lograr. Una vez se consiga la consistencia emocional, nuestras posibilidades de obtener resultados y sobrevivir en el mercado aumentan exponencialmente.