Durante los últimos meses, hemos podido observar cómo se ha establecido un creciente temor e incertidumbre en los mercados financieros en relación con el futuro de la economía que están poniendo en jaque las fuertes estructuras alcistas que hemos venido observando durante los últimos años en los principales índices mundiales pese incluso a la crisis mundial provocada por el Covid-19 tras su comienzo el pasado año 2020.
Si bien es cierto que tras el temor inicial que provocó el confinamiento de los ciudadanos en sus hogares y el colapso de las principales economías con el consiguiente descenso en los principales índices bursátiles, las medidas tomadas por los diferentes organismos monetarios internacionales y los programas de estímulo implementados por los propios gobiernos nacionales propiciaron un fuerte rebote alcista que llevaron a las principales bolsas no solo a recuperar los niveles anteriores a la pandemia, sino también a alcanzar nuevos máximos históricos de manera recurrente, aunque siempre existen excepciones como es el caso del IBEX35 ya que el selectivo español tan solo ha sido capaz de acercarse a los niveles prepandémicos debido a la fuerte dependencia de nuestra economía del turismo exterior.
Veámoslo a continuación en cifras (variación porcentual desde el 1 de marzo de 2020 a 31 de diciembre de 2021):
- IBEX 3535: -0,11%
- DAX40: 33,59%
- SP500: 61,33%
- Dow Jones Industrial Average30: 43,01%
- Nasdaq 100: 82,61
Por lo tanto, no es necesario ser un experto economista para darnos cuenta de la fuerte dependencia que han tenido los principales índices bursátiles (y especialmente los índices estadounidenses) de las políticas acomodaticias que se han llevado a cabo por parte de los Bancos Centrales a base de bajos tipos de interés y de programas de estímulos de compra de deuda que han generado un increíble rally alcista pese a los problemas que atravesaban los diferentes países debido a la pandemia.
Pero estos programas no solo han impulsado a las bolsas hasta niveles no vistos anteriormente, sino que también, han traído consigo uno de los mayores enemigos que puede temer cualquier economista e inversor: la inflación.
Mientras que durante el último tramo del año 2021 los expertos debatían si esta inflación era transitoria o no, esta poco a poco y paso a paso ha llegado a alcanzar cotas no vistas en los últimos 40 años hasta marcar el 7,5% actual en los Estados Unidos dejando claro que esta situación podría prolongarse en el tiempo. Esta situación provocó un fuerte debate en torno al fin de los programas de compras de activos y las medidas tomadas por Jerome Powell y la Reserva Federal durante la pandemia, por lo que finalmente este organismo decidió acabar con los programas de estímulos mostrando su interés en subir los tipos de interés durante los próximos meses, siendo la fecha esperada por el mercado la reunión del próximo mes de marzo, en un intento de frenar las fuertes subidas del IPC.
Ante este hecho también se ha generado un fuerte debate, ya que algunos expertos vaticinaban que la FED podría subir los tipos de interés hasta en 7 ocasiones a lo largo de este año hasta alcanzar unos niveles cercanos al 1,5%, pero es cierto que una rápida y fuerte subida de los tipos de interés de referencia podrían afectar gravemente a la economía norteamericana y a la recuperación del sector laboral provocando incluso una fuerte desaceleración de la economía que arrastrarían sin ningún tipo de duda a los mercados financieros, aunque esto podría quedar suspendido al menos por el momento debido a crisis en Ucrania.
Si este entorno inflacionario no era ya más que suficiente para traer de cabeza a los inversores, las tensiones en Ucrania entre Rusia y el resto del mundo no han dejado de crecer después de que el Kremlin tomase la decisión de comenzar la invasión de Ucrania el pasado 24 de febrero después de que Vladimir Putin reconociese como repúblicas independientes a los territorios rebeldes en Ucrania en una maniobra clara para evitar las opciones de que el gobierno de Kiev solicite el acceso a la OTAN alejándose así de la órbita de influencia rusa. La combinación de ambos eventos nos lleva prácticamente asegurar de que nos encontramos ante las puertas de una tormenta perfecta en los mercados financieros.
Si bien es cierto que durante los últimos meses se ha venido especulando mucho en torno a una posible intervención militar por parte de Rusia, desde comienzos de este año 2022 estos rumores se han incrementado día a día debido a la gran acumulación de soldados y tanques que Moscú había acumulado en la frontera de Ucrania ya fuese desde el propio territorio ruso o a través de Bielorrusia debido a las maniobras conjuntas que estaban realizando ambos países. Los tambores de guerra sonaban cada vez con más fuerza dentro de una fuerte campaña de desinformación por parte de ambos bandos en los que el pequeño inversor suele ser el que siempre sale más perjudicado hasta que finalmente el conflicto armado estalló con el comienzo de la invasión.
Por su parte, la Unión Europea pese haber anunciado una importante batería de sanciones económicas entre las que se incluye la exclusión del sistema bancario SWIFT, una vez más está demostrando que cada vez pierde más peso en el escenario internacional ya que además de ser el más perjudicado por una guerra que podría afectar a sus fronteras, está viendo como cada vez el coste energético continúa encareciéndose ante el temor de que este conflicto provoque un corte del suministro del gas ruso del que tenemos una gran dependencia a nivel económico. La indefensión militar y la dependencia de la Unión Europea de los Estados Unidos ha quedado más que patente, por lo que esta crisis podría provocar que de una vez por todas los países miembros den un paso más en la integración no solo a través de políticas económicas sino también con la posible creación de un ejército propio europeo.
Por su parte, Estados Unidos también ha establecido sanciones a Rusia tras el comienzo de la invasión y por el momento no ha movido sus tropas. Aunque no todo es negativo ante esta situación para los estadounidenses, ya que parece que a priori se beneficia de esta situación debido al incremento de sus exportaciones de gas licuado a Europa cuando este es más caro que el procedente de las grandes estepas rusas.
Toda esta situación se está viendo reflejada en los mercados financieros con fuertes descensos en los principales índices desde comienzos de este año 2022:
|
% mes de febrero |
% mes de marzo |
% anual |
IBEX35 |
-1.55% |
-5,35% |
-7,90% |
DAX40 |
-6,53% |
-5,10% |
-13,61% |
SP500 |
-3,14% |
-0,25% |
-8,46% |
DJI30 |
-3,56% |
-0,33% |
-7,08% |
NQ100 |
-3,43% |
-1,08% |
-13,05% |
*Variaciones porcentuales a día 3 de marzo de 2022 a las 17:30 horas
Tal y como podemos observar en la tabla anterior, el sector más perjudicado en lo que llevamos de año es el sector tecnológico, el cual se ve gravemente afectado por la elevada inflación, ya que las subidas de tipo de interés le afectan muy negativamente en sus resultados debidos a sus elevados niveles de endeudamiento.
Por otra parte, los grandes beneficiados ante esta situación son sin duda las materias primas, ya que en lo que llevamos de año el Brent se revaloriza más de un 44% superando hasta alcanza en algunos momentos niveles cercanos a la barrera psicológica de los 120 dólares por barril que no veíamos desde el año 2013, lo que sin duda va a incrementar la inflación en las próximas semanas.
Por su parte el oro desde comienzos del año se ha revalorizado más de un 5,50%, anotándose en el mes de febrero un 5,89% gracias a la escalada de las tensiones en Europa del este comportándose como el valor de activo refugio por excelencia.
Si observamos el gráfico del oro del pasado día 22 de febrero (antes de la confirmación del estallido de conflicto armado) podemos observar tras la ruptura del pasado 11 de febrero el precio había sido capaz de superar al alza la importante línea de tendencia bajista que actuaba como principal nivel de resistencia impulsando al precio a buscar el nivel psicológico de los 1900 dólares por onza en la zona cercana a su actual primer nivel de resistencia representando por la franja verde intermedia.
Fuente: Gráfico diario del Oro de la plataforma MetaTrader 5 de Admirals. Rango de datos: desde el 7 de enero de 2020 al 22 de febrero de 2022. Elaborado el 22 de febrero de 2022 a las 14:40 horas CEST. Ten en cuenta que las rentabilidades pasadas no garantizan rendimientos futuros.
Tras el inicio de la guerra el pasado día 24, podemos observar como el oro ha experimentado una fuerte volatilidad durante las últimas que sesiones que le llevó no solo a romper este primer nivel de resistencia, sino que llegó a superar también el siguiente nivel representado por la franja verde superior, aunque posteriormente este corrigió con fuerza después de marcar máximos en 1974,38 USD por onza.
Fuente: Gráfico diario del Oro de la plataforma MetaTrader 5 de Admirals. Rango de datos: desde el 28 de enero de 2021 al 3 de marzo de 2022. Elaborado el 3 de marzo de 2022 a las 17:35 horas CEST. Ten en cuenta que las rentabilidades pasadas no garantizan rendimientos futuros
Por lo tanto, es muy importante que sigamos la evolución de este conflicto ya que, si este se alarga más de lo esperado, el oro podría verse respaldado para continuar con su actual tendencia alcista actuando así como el activo refugio por excelencia. Actualmente se encuentra cotizando muy lejos de sus actuales niveles de soporte, por lo que un fallo en el intento de superar este nivel de resistencia podría comenzar una corrección del precio, aunque mientras este se mantenga por encima de los 1875 dólares por onza el sentimiento seguirá siendo alcista.
Curiosamente, uno de los activos que más se estaba viendo perjudicado durante las últimas semanas pese a la fuerte inflación y el temor a la situación de Ucrania estaba siendo el sector de las criptomonedas, incluido el Bitcoin, alejándose así del aura de activo refugio con el que el mercado quería investir a esta criptodivisa, aunque finalmente tras fuertes sanciones económicas introducidas en relación al SWIFT y las transferencias internacionales parece que Rusia podría estar utilizando Bitcoin para evitar estas sanciones formando un rebote durante las últimas sesiones.
La realidad es que, económicamente hablando, se espera que esta guerra en principio no dure mucho dada la delicada situación económica actual debido a la elevada inflación y a las sanciones establecidas, ya que los países no pueden mantener este conflicto durante mucho tiempo y parece ser que la intención inicial de Rusia era realizar una campaña rápida en esta partida de ajedrez geopolítico anexionándose de facto parte de Ucrania sin necesidad de realizar una campaña militar muy agresiva, aunque de ser así, este podría ser el punto de partida para que China decida dar el siguiente paso en esta partida poniendo su foco sobre Taiwán.
Aún así, no podemos descartar que esta situación se enquiste y se prolongue en el tiempo por lo que las próximas sesiones, deberemos prestar mucha atención a la evolución de la situación en Ucrania, ya que, si finalmente esta se alargase, podríamos ver una escalada bélica que harían temblar los mercados financieros a nivel global impulsando al oro y a las materias primas afectando a las bolsas.
Por otro lado, si finalmente el conflicto bélico se prolonga más de lo debido deberemos estar muy atentos a los movimientos de los Bancos Centrales, ya que la Reserva Federal estadounidense podría retrasar su programa de subida de los tipos de interés en un intento de estabilizar los mercados financieros.