El crecimiento mundial se acelerará como resultado de la recuperación en las economías desarrolladas.
La economía española está tocando fondo en 2013 gracias a una menor contribución negativa de la demanda interna y al crecimiento de las exportaciones.
Los objetivos de déficit asimétricos reducirán los diferenciales de crecimiento entre comunidades autónomas en 2013.
Llegado el punto de inflexión, las instituciones europeas y españolas deben asegurar que la recuperación sea lo más robusta posible.
La aceleración del ajuste estructural en la cuenta corriente, clave para la reducción del endeudamiento externo neto.
El crecimiento mundial se ha mantenido alrededor del 3% en la primera mitad de 2013, cerca del nivel de 2012, aunque con una moderación de la actividad mayor que la esperada hace tres meses. Esto último se explica por diversos factores. Primero, por un tensionamiento de las condiciones de financiación como consecuencia del anuncio de la Reserva Federal sobre la estrategia de salida de la expansión de su balance. Segundo, por la desaceleración de la
actividad en las economías emergentes que acentuaron las salidas de capital y las tensiones registradas en el mercado interbancario de China. Tercero, por la falta de avances significativos en la construcción de una unión bancaria en Europa capaces de disminuir a corto plazo la fragmentación financiera, y por la incertidumbre política en algunas economías periféricas, especialmente en Portugal.