Los indicadores de confianza apuntan a que la contracción de la actividad se habría intensificado en 3T
Sin embargo, los indicadores cuantitativos hasta agosto muestran un panorama algo menos negativo
Nuestro modelo MICA-BBVA estima que el PIB se podría haber contraído alrededor de un -0,3% t/t en 3T
La inflación aumentó algo más de lo esperado en 3T, impulsada por los precios de la energía y las subidas impositivas
Los indicadores de confianza apuntan a que la contracción de la actividad se habría intensificado en 3T
Tanto los datos de la encuesta PMI como los de la Comisión Europea (CE) fueron decepcionantes para el conjunto del tercer trimestre, ya que continúan claramente en terreno contractivo y apuntan a que la caída del PIB en el conjunto de la zona euro podría haber sido mayor que la registrada en el segundo trimestre (-0,2% t/t). A pesar de ello, estas encuestas también mostraron ciertas diferencias, ya que mientras los PMI parecen indicar que el deterioro de la actividad económica habría tocado fondo, los de la CE continúan mostrando una clara tendencia descendente.
Por países, la divergencia aumentó a lo largo del tercer trimestre, con la confianza de los países periféricos deteriorándose más, mientras que los países del centro de Europa también sufrieron el recrudecimiento de la crisis a mediados de año. En particular, las únicas noticias positivas vinieron de la estabilización de la economía alemana, mientras que tanto la economía española como la italiana podrían haberse contraído a un ritmo similar al observado en 2T. En Francia, ambos indicadores de confianza empeoraron significativamente en septiembre, sugiriendo que la actividad podría contraerse en 3T tras haberse mantenido estancada en los dos trimestres precedentes. No obstante, estos datos contrastan con las encuestas de confianza del Banco de Francia que muestran un deterioro mucho más moderado y apuntan sólo hacia una ligera contracción en 3T.
No obstante, conviene resaltar que los indicadores de confianza en septiembre evolucionaron algo mejor de lo esperado, sobro todo en Italia y en España, reflejando en parte el relajamiento de las tensiones financieras y las preocupaciones sobre la sostenibilidad de sus cuentas públicas tras la disposición mostrada por parte del BCE para comprar deuda pública y, por tanto, el espaldarazo a la irreversibilidad del euro. Aunque todavía no se disponen de datos para el 4T, esto último estaría en línea con nuestra visión de una ligera mejora de la economía en los próximos trimestres.
Sin embargo, los indicadores cuantitativos hasta agosto muestran un panorama algo menos negativo
La producción industrial aumentó más de lo esperado tanto en julio como en agosto, creciendo en media alrededor de 1pp hasta agosto con respecto al 2T, cuando se contrajo un -0,4% t/t. Tomando la media móvil de orden tres para reducir la volatilidad, los datos más recientes muestran que el deterioro de la producción industrial habría tocado fondo a principios de este trimestre, mostrando ahora una tímida tendencia creciente, si bien es pronto para confirmar la recuperación del sector, máxime cuando los pedidos industriales tanto domésticos como procedentes del exterior continuaron deteriorándose y, por lo tanto, no auguran que dicha recuperación gane tracción rápidamente en los próximos meses.
Esta mejor evolución de la actividad industrial ha sido generalizada en los estados miembros, aunque existe mucha incertidumbre sobre si dicho aumento podría haber sido temporal y, por lo tanto, podría desvanecerse con los datos de septiembre. En particular, el rebote de 1,5% m/m de la producción industrial observado en Francia en agosto respondió en gran medida a la evolución del componente volátil de transportes, mientras que en Italia el aumento de la actividad industrial (1,7% m/m) podría estar determinado por factores estacionales.
En definitiva, la ligera mejora de la producción industrial podría ser claramente satisfecha por el nivel actual de capacidad instalada, ya que según los datos de la encuesta de la CE la capacidad utilizada se mantiene claramente por debajo de la media, apuntando, por tanto, a que no se habría reflejado en una mejora de la inversión.
Las ventas al por menor en el conjunto de la zona euro se mantuvieron prácticamente estancadas desde finales de 2T hasta agosto, interrumpiendo la caída registrada en ese trimestre (-0,6% t/t) y apuntando a que el gasto de los hogares podría haber sido algo más resistente que en el trimestre previo (el consumo privado se contrajo un -0,4% t/t en 2T). Por países, dicha debilidad del gasto de los hogares es generalizada. No obstante, los datos disponibles hasta agosto muestran que las ventas al por menor se habrían contraído en Alemania y en Italia, mientras que en Francia habrían rebotado, compensando en parte la caída observada en el trimestre anterior. No obstante, se espera que la divergencia en la evolución del gasto de los hogares entre la periferia y los países del centro de Europa persista en los próximos meses como consecuencia tanto del ajuste fiscal que se está llevando a cabo en los primeros como de la distinta evolución del mercado de trabajo, que ha continuado empeorando a lo largo del tercer trimestre (alrededor de 0,2pp hasta el 11.4% en el conjunto de la zona euro), con la excepción de Alemania.
Debido a todo lo anterior y al proceso de ajuste fiscal en marcha que se dejará notar en la caída del consumo público, sobre todo en la periferia, se espera que la demanda doméstica haya continuado lastrando el crecimiento económico en 3T.
Por lo tanto, el principal motor de crecimiento de la economía europea continuarán siendo las exportaciones netas. En particular, en el conjunto de la zona euro las exportaciones crecieron a un ritmo robusto hasta agosto (1,4% t/t sobre 2T), si bien las importaciones se mostraron algo más resistentes (0,4% t/t sobre 2T) que lo que sugiere la evolución de la demanda doméstica, apuntando a que la contribución positiva de las exportaciones netas podría haber disminuido en 3T (tras aportar 0,3pp en 2T). Por países, el soporte de las exportaciones netas también está siendo determinante para compensar la caída de la demanda doméstica, fundamentalmente en los periféricos, mientras que la economía alemana continúa beneficiándose del todavía crecimiento robusto de las economías emergentes.
Nuestro modelo MICA-BBVA estima una caída del PIB de un -0,3% t/t en 3T
Esta estimación supone que la contracción de la actividad económica podría ser algo mayor de la que habíamos incorporado en nuestras últimas previsiones (-0,1% t/t) y, por lo tanto, implicaría una caída del PIB algo mayor, alrededor de -0,5%, para el conjunto de 2012. Para 2013, continuamos esperando un magro crecimiento económico, a pesar de que el anuncio del BCE ya se está dejando notar en una reducción de las tensiones financieras.
La inflación aumentó algo más de lo esperado en 3T, impulsada por los precios de la energía y las subidas impositivas
Tras el aumento observado en agosto (0.2pp), la inflación se mantuvo estable en septiembre en el 2,6% a/a, ya que el aumento de la inflación de los componentes más volátiles se compensó con una desaceleración de la inflación subyacente (-0,1pp hasta el 1,6% a/a). Por lo tanto, detrás de la alta tasa de inflación actual se encuentra principalmente la fuerte inflación energética, que explica alrededor del 40%. No obstante, los datos de septiembre no muestran evidencia sobre posibles efectos de segunda ronda, mientras que la caída de la demanda doméstica y las sombrías perspectivas económicas para los próximos trimestres deberían evitar que dichos efectos se materialicen en el corto y medio plazo.
Para lo que queda de año, esperamos que la inflación se desacelere en octubre, fluctuando alrededor del 2,4% a/a en 4T, mientras que la inflación subyacente se mantendrá estable en el 1,6% a/a. Como resultado, la inflación media anual en 2012 se situaría en el 2,5% y la inflación subyacente en el 1,8%.
Por países, también existen claras diferencias, con una inflación ligeramente superior al 2% en Francia y Alemania, mientras que en España y en Italia aumentó hasta alrededor del 3,5% a/a en septiembre. Aunque en Portugal la inflación se desaceleró ligeramente, se situó en el 2,9% a/a. Detrás de estas significativas diferencias se encuentran las subidas impositivas ligadas a los procesos de consolidación fiscal llevados a cabo en estos países.