Hoy me ha preguntado el primo de mi vecino (no va con segunda intención...) por qué los traders están permanentemente insatisfechos...
Lleva tiempo operando, en el bróker que le recomendé, poco a poco y tratando de sumar lo más posible y de perder lo estrictamente necesario, pero observa que se repite en él el comportamiento que ve también se reproduce en otros compañeros que operan e invierten en los mercados: nunca están contentos con el resultado: si ganan, porque no han ganado lo suficiente, y si pierden, por supuesto, porque deberían haberse puesto en el lado contrario del mercado.
Dejo ya por hoy los gráficos y entiendo y extiendo su posición: a menudo, en la vida y en el trading, tenemos la mala costumbre de no valorar demasiado lo que poseemos, ni de apreciar tampoco lo que durante tiempo ansiamos conseguir...
Puede ocurrir incluso que estemos pasando un momento vital malo, de oscuridad total, y deseando y rezando para que salga de nuevo el sol en nuestras vidas, y cuando esto ocurre, en vez de alegrarnos y gritar de contentos, nos lamentamos de nuevo, fijándonos en que todavía quedan nubes y el astro rey debería brillar con más fuerza.
También puede ocurrir, y con frecuencia ocurre, que estamos dentro del mercado en una operación que comenzó bien pero que ahora va en nuestra contra, amenazando con tocar nuestro stop y provocarnos una dolorosa pérdida, y mirar ansiosos la pantalla deseando que se dé la vuelta el precio, anhelando con que al menos llegue a nuestro precio de entrada y que no perdamos demasiado. Y entonces, cuando la cotización nos sonríe y nos vuelve a dar la razón, tornándose la posición perdedora incluso en ganadora y conseguimos cerrarla con unos cuantos ticks o puntos a nuestro favor, de nuevo no solamente no nos alegramos y lo celebramos y lo valoramos, sino que nos mortificamos en nuestra propia insatisfacción, al comprobar que el precio sigue subiendo o bajando y que aún podíamos haber ganado más...
¿Por qué nos hacemos daño y no sabemos valorar las cosas? Deseamos con fuerza que ocurra algo y cuando lo hace, ya no nos acordamos de la situación por la que estábamos pasando, no lo apreciamos y nos regodeamos en que, pese a acabar bien un acontecimiento vital o una operación, todavía podía haber sido mejor...
Ese perjudicial dolor por querer siempre más, sin apreciar lo que se obtiene, sin darnos cuenta de todo lo que podíamos haber perdido en un instante, nos convierte en peores personas y peores tráders. Nunca podrá uno obtener todos los frutos que el mercado ofrece en cada momento, nunca podremos ser del todo felices en nuestra vida cotidiana.
Pero habrá que obligarse a cortar lo antes posible los momentos malos, a no mortificarse recordándolos y ocuparse por lo que se pueda arreglar de verdad, sin preocuparse en vano por lo que no tiene arreglo, y sobre todo, valorar lo que sí tenemos, nuestro capital humano y sentimental que nos rodea continuamente y que no apreciamos nunca lo suficiente.Pero habrá que obligarse también a cortar lo antes posible las pérdidas de nuestras operaciones erróneas, a no quedarnos inmóviles viendo cómo el precio no nos da la razón, y ni por asomo atrevernos a mover el stop, reaccionando con profesionalidad y obediencia, y agradeciendo cada profit que obtengamos, sea cuantioso o escaso, pero beneficio al fin y al cabo, y valorar todo lo que sirve para engrosar nuestra cuenta y nuestra moral y continuar operando, viviendo, y avanzando en nuestro camino.
Ha habido días en los que he realizado buenas entradas en el mercado y pese a ello, estar dentro con cierto sufrimiento porque costó alcanzar el objetivo... pero, logrado éste, en vez de alegrarme por ello, preferí regodearme con la pena de no haber esperado un poco más y haber ganado bastante más (cuando minutos antes estaba perdiendo y deseando que al menos llegara el precio a mi punto de entrada...).
Toca reflexión también, y aún más en esta prometedora estación que casi comienza y debo obligarme a seguir creyendo y apreciando más el dulce sabor de los pasos buenos, de los avances, en vez de regodearme con el amargor de los errores que te anclan e impiden seguir tu camino. Alegrarme con cada pequeña y molesta piedra que podamos eliminar de nuestra operativa, y que nos la haga más fácil y eficaz, conseguir que el resultado de tus sumas sean siempre mayor que el de tus restas, y no despreciar nunca los ticks de beneficio atesorados, peleando para que las pérdidas te golpeen... pero nunca te hundan.
Y el bueno del primo de mi vecino asiente y dice que es sano querer mejorar, llegar a más, crecer y triunfar. Pero sin estar permanentemente insatisfecho por lo que no se tiene o se deja de ganar...Si se escribe,se vive y se opera en el mercado, con renglones rectos, acabaremos consiguiendo completar primero páginas completas y después nuestro propio libro entero, en el que ya no tendrá cabida la insatisfacción...
Y así habrá que seguir haciéndolo al día siguiente, todas las horas, y luego al otro día, y continuar y...