El temor a que se desate una nueva guerra comercial internacional tras el anuncio de Donald Trump de imponer nuevas tarifas a la importación de acero y aluminio, se está convirtiendo en un nuevo foco de tensión para los mercados financieros globales.
Se trata de una nueva espiral proteccionista del presidente republicano, que está provocando hoy un fuerte rechazo únanime a nivel político, económico y empresarial, y que podría encontrar una respuesta inmediata por parte de la Comisión Europea, como ha anunciado su presidente Jean Claude Juncker, y han reclamado ya desde el Gobierno de Alemania.
Noticias que dejan en segundo plano el discurso semestral de Jerome Powell de esta semana en el que abría la puerta a 4 posibles subidas de tipos este año en el congreso el martes en vista del fuerte crecimiento de la economía estadounidense para matizar sus declaraciones posteriormente el jueves asegurando que las subidas serán graduales.
Precisamente la semana próxima tendremos referencias importantes que vigilará de cerca la Fed y que pueden determinar sus próximos pasos. Principalmente el NFP, las nóminas no agrícolas de febrero, que tendremos el viernes, mes en el que se espera una menor creación de empleo con 190.000 nuevas nóminas frente a las 200.000 de enero, antes el miércoles el adelanto con el ADP de empleo, el mismo día que tendremos el libro beige de la Fed, fundamental saber las perspectivas económicas y de inflación a dos semanas de la primera reunión del organismo con Jerome Powell al frente.
Los bancos centrales marcarán el paso de los mercados la semana próxima con decisiones de tipos en Australia el martes, en Canadá el miércoles y en Japón el viernes, no se esperan cambios eso sí en sus tipos en pleno debate sobre normalización monetaria. El jueves lo hará también el BCE, después de que se haya filtrado un posible cambio de comunicación del organismo, que podría empezar a hablar ya de una posible retirada de estímulos en sus comunicados tras años de expansión monetaria para luchar contra la crisis, y de mensajes apuntando a mantenimiento de política ultraacomodaticia con la coletilla que usa siempre Draghi de “por un periodo prolongado de tiempo”, una coletilla que quizá podría dejar de utlizar. Una reunión que llega además en pleno debate sobre quién puede ser el sucesor de Mario Draghi al frente del organismo el año próximo.