Los alcistas del petróleo siguen devanándose los sesos para averiguar cómo ha pasado todo esto. Durante unas horas el lunes, parecía que el mundo les perteneciera tras conocerse los ataques contra los petroleros saudíes y de Emiratos Árabes Unidos en el Golfo que provocaron que los precios del crudo se dispararan como un cohete durante la jornada de negociación en Europa. Luego, con un movimiento casi idéntico, el mercado cambio radicalmente su rumbo durante la jornada de Nueva York, pues las represalias en forma de nuevos aranceles de China a Estados Unidos devolvieron el control a los bajistas.
Aunque los traders siguen analizando las impresionantes reversiones y los motores que las impulsan para determinar el mérito de la actividad del lunes, por ahora hay tres cosas evidentes:
1. El conflicto comercial empieza a ser tan importante como “los ajustes del mercado petrolero”
El conflicto comercial de Estados Unidos y China —y su posible efecto lastre sobre la economía mundial, así como sobre la demanda de energía— empieza a ser un factor tan determinante para el mercado petrolero como los ajustes del suministro de crudo debido a las reducciones de la producción de la OPEP y las interrupciones involuntarias del suministro en otros lugares.
Esto es especialmente cierto después de que China desafiara la advertencia del lunes del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de que no recurrieran a una guerra de aranceles, subiendo los impuestos a una serie de productos estadounidenses incluidas las verduras congeladas y el gas natural licuado.
Ambas naciones han subido ya hasta un 25% los aranceles sobre sus respectivos productos; Estados Unidos ha gravado productos de China por valor de más de 500.000 millones de dólares y China ha impuesto sus aranceles sobre 60.000 millones de dólares en productos estadounidenses.
Desde que se especulara con la llegada de un acuerdo comercial en las próximas semanas o incluso días, la Administración Trump y el Gobierno del líder chino, Xi Jinping, parecen haberse alejado más aún de lo que ya lo estaban hace un año, aunque los negociadores de Estados Unidos insisten en que las conversaciones bilaterales siguen progresando y que siguen confiando en una posible resolución.
2. No hay suficientes pruebas para convertir a Irán en el villano del mercado petrolero
Estados Unidos y sus aliados van a necesitar más pruebas para colocarle a Irán la etiqueta de hombre del saco dispuesto a destruir el comercio mundial de petróleo en represalia por las sanciones que han estancado el petróleo de Teherán.
Aunque los iraníes son culpables de añadir su propio discurso negativo al de los estadounidenses, sauditas y emiratís sobre lo que podrían hacer en el estrecho de Ormuz, no hay ninguna prueba —de conocimiento público por lo menos— de que sean responsables de los ataques a los petroleros saudís del domingo, a pesar de la gran implicación de la República Islámica en estos llamados "sabotajes".
Dos petroleros de Arabia Saudí han sufrido al parecer importantes daños en el incidente del domingo frente a la costa de Emiratos Árabes Unidos. Por otra parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores de los EAU ha informado de un ataque a cuatro barcos comerciales también este domingo. Todo esto ocurre después de que Estados Unidos desplegara en la región un portaaviones, varios bombarderos y misiles de defensa la semana pasada, alegando el aumento de las tensiones con Irán.
Los precios del crudo inicialmente subieron casi un 3% este lunes tras conocerse los ataques a los petroleros. Pero ninguna de las partes reclama la autoría —y no hay detalles específicos que pudieran identificar a las potenciales culpables—, de manera que el mercado rápidamente ha dejado de lado la historia para dirigir la atención al mercado de valores, que se desplomaba tras conocerse la subida de los aranceles de China sobre los productos estadounidenses.
Y Teherán ha jugado bien su respuesta a la crisis, instando a una investigación independiente.
Un día antes, Reuters informaba de que Irán quiere que se le permita exportar al menos 1,5 millones de barriles de petróleo al día —el triple de lo que debería bajo las sanciones de Estados Unidos— como condición para seguir cumpliendo los compromisos de su acuerdo nuclear de 2015 con las potencias occidentales que el presidente Trump se ha negado a reconocer.
John Kilduff, socio fundador del fondo de cobertura energética Again Capital de Nueva York, dice al respecto:
"Va a ser difícil convertirlos en los villanos del mercado petrolero cuando su respuesta ha sido tan atípicamente digna y tranquila".
3. Los precios van camino de una nueva fase pedregosa
Los precios del petróleo podrían estar entrando en una nueva fase de volatilidad de cara a 2019, interrumpiendo los repuntes más duraderos del primer trimestre.
Esto es porque el pico de demanda estacional durante el verano podría venir seguido de otro descenso de la producción de crudo de Estados Unidos y eventualmente de un aumento de las reservas durante la segunda mitad del año.
La oscilación de precios del lunes movió los futuros del West Texas Intermediate 2,66 dólares por barril entre máximos y mínimos de la jornada.
Esta es la segunda vez en dos semanas que el petróleo de referencia de Estados Unidos experimenta una volatilidad de en torno a 3 dólares por barril en una misma sesión, tras el movimiento de 2,73 dólares por barril del 2 de mayo.
Se espera que la OPEP, que dará a conocer su informe mensual el martes, defienda la continuación de las reducciones de producción pues su líder de facto, Arabia Saudí, ha demostrado que no tiene la menor intención de renunciar a los altos precios que ha luchado tanto por conseguir desde el invierno.
Pero si la economía global se ralentiza aún más en la segunda mitad del año sin que se resuelva la guerra comercial de Estados Unidos y China, los fondos de cobertura podrían tener problemas para posicionarse en largo en el petróleo, pues la demanda podría no cumplir las expectativas a pesar de la posibilidad de que continúen las reducciones de producción por parte de la OPEP.
Los gestores de cartera ya han vendido un total de 42 millones de barriles en las últimas dos semanas, después de comprar 609 millones durante las anteriores 15 semanas desde el 8 de enero, según ha observado John Kemp columnista del mercado petrolero de Reuters.