En ocasiones, traders y analistas reflexionan acerca de si el análisis de los mercados financieros es realmente efectivo a la hora de pronosticar los futuros movimientos del mercado o, si por el contrario, los mercados se mueven de forma aleatoria e impredecible. En 1973 el Doctor Burton Gordon Malkiel escribió “Un paseo aleatorio por Wall Street”, donde defendía, entre otras cosas, la gestión pasiva o buy and hold frente a la gestión activa. Además, también secundaba la no justificación del cobro de comisiones de los gestores profesionales, y afirmaba que los mercados financieros se mueven de forma aleatoria e impredecible. Por todos estos motivos y alguno más, Malkien argumentaba que no es posible batir al mercado sin información privilegiada, y afirmaba vehementemente que un mono con los ojos vendados lanzando dardos sobre una lista de empresas cotizadas en la bolsa de Nueva York, generaría retornos similares a una cartera elaborada por cualquier experto analista de Wall Street.
Dicho y hecho. El periódico The Wall Street Journal vio el órdago lanzado por Malkien. Debido en este caso a la complejidad de meter a un mono en la redacción del periódico para lanzar los dardos -hubiera estado bien meter al mono…-, fueron empleados del periódico los que realizaron una cartera de valores al azar para compararla con la cartera elaborada por los analistas profesionales de Wall Street. La sorpresa llegó cuando al cabo de un año se comparó la cartera del mono con la de los expertos: la cartera del mono batió en un 85% a la de los expertos de Wall Street.
Sin embargo, y después de la sorpresa inicial que confirmaba las afirmaciones de Malkien, el diario prolongó el experimento durante 15 años más, después de este tiempo los resultados en este caso fueron de aproximadamente un 61% a favor de los profesionales frente a un 39% del mono.
Años más tarde, en 2002 se volvieron a revisar y publicar los datos del experimento, los resultados volvían a decantarse a favor de los profesionales aunque en esta ocasión reduciéndose la ventaja. Sin embargo Malkien criticó estos resultados ya que la cartera de inversión de los expertos, era publicitada en el periódico, por lo que esta cartera al ser de carácter público, podía influir en los movimientos del mercado. De nuevo Malkien revisó los resultados de ambas carteras pero a un día antes de la publicación de la cartera de los expertos en el periódico. En esta ocasión y con los resultados ya actualizados, Malkien demostró un empate técnico entre la cartera del mono y la de los expertos de Wall Street.
Sucesivamente se ha repetido el experimento en repetidas ocasiones por diferentes medios de renombre, y a día de hoy los profesionales no han sido capaces de superar de forma concluyente a una cartera formada de manera aleatoria.
Reflexiones: ¿son los mercados financieros un juego de azar en el que cualquier tipo de enfoque, ya sea técnico o fundamental, son herramientas poco o nada efectivas?, ¿están justificadas las comisiones de los gestores profesionales?, ¿tiene sentido la especulación activa frente a la inversión pasiva en los mercados financieros?