Durante la tarde europea del domingo trascendió que la apertura de la sesión asiática iba a ofrecer un alto impacto: una caída importante de la libra esterlina.
Esto efectivamente ocurrió, con un precio que la divisa británica no visitaba desde hace más de 31 años, si no se tiene en cuenta el nunca bien explicado desplome que sufrió en octubre pasado, y que la hizo caer a 1,1450 en pocos minutos.
Los motivos para esta nueva debacle de la libra vienen de la mano de las declaraciones de la líder británica Theresa May, que insiste en ejecutar todos los mecanismos necesarios para que el llamado Brexit -la salida de Reino Unido de la Unión Europea-, tenga lugar lo antes posible.
May no parece estar sola -cuenta con un electorado que por poco margen y, como se supo después, sin que muchos supieran bien que votaban-, pero tiene en contra a todo el sector empresario y bancario, que es muy poderoso en una economía como la británica. La City londinense, que es la plaza financiera más tradicional y prestigiosa del mundo, ya comenzó a tomar recaudos por si el famoso Artículo 50, que regla el Brexit, finalmente se ejecuta. Pero son muchos quienes creen, y desean, que nada de ello ocurra, y que se vayan prorrogando los plazos hasta que se diluyan en el tiempo.
El problema es el mientras tanto. Con dificultades, la libra logró alejarse de 1,20 en los últimos meses, y absorbió con velocidad el mencionado crash de octubre. Pero basta que May o alguno de sus voceros hable, para que lo poco que recupera lo pierda en segundos, y la apertura de la sesión del lunes así lo muestra.
El gobernador del Banco de Inglaterra (BoE), Mark Carney, se presentará el lunes y allí puede haber novedades importantes. Carney no está a favor del Brexit, pero tampoco se lo escucha hablar en forma terminante en contra del mismo.
Lo cierto es que la libra intenta, nuevamente, irse lejos de sus mínimos del día, que visitó en 1,1985, desde donde ya ganó 100 puntos. Tiene que ganar, para cubrir el gap que dejó en Asia, otros 100 puntos, tarea nada fácil en momentos en que el dólar se fortalece en todos los frentes.
El euro, por ejemplo, perdió a primera hora la cota de 1,06, y si bien mantiene una tendencia alcista de corto plazo, una llamativa figura de doble techo podría acercarlo a 1,0520 en las próximas horas. En dicho caso, habrá vulnerado 1,0550, fuerte soporte en el gráfico de 4 horas.
Queda, además, espacio para otro análisis. La suerte del yen aparece otra vez atada a la de la libra esterlina, aunque en dirección contraria. Pese a los esfuerzos a veces disimulados del Banco de Japón por devaluar su moneda, el lunes muestra a un yen fuerte, con un gap que dejó en 114,50, que podrá cubrir si y solo si la libra cae. Naturalmente, el par GBP/JPY es otra vez el más volátil del mercado, y su baja de inicio de sesión, si bien es habitual, no deja de llamar la atención.
La sesión americana del lunes tendrá entonces como principal atractivo la presentación de Carney, y no mucho más. Pero en cualquier caso, habrá que prestar mucha atención a la libra, en todos los frentes.