En una medida que no por demorada resulta sorprendente, la Corte británica decidió que para que Reino Unido quede afuera de la Unión Europea, como lo marcó por escaso margen el referendo del mes de junio, el Parlamento deberá tener la última palabra.
La libra esterlina, naturalmente, se recupera de sus fuertes bajas de las últimas semanas, en especial de su caída más violenta del 7 de octubre pasado, cuando rozó 1,14. Desde allí ya ganó más de 1000 puntos, y tal como lo anticipamos en esta columna en varias oportunidades, creemos que finalizará este año por encima de 1,35.
En minutos, además, se conocerá el comunicado de política monetaria del Banco de Inglaterra, tras el cual el gobernador, Mark Carney, brindará una conferencia de prensa. No se esperan cambios en la tasa de interés y tampoco en el plan de compra de bonos, en tanto la inflación podría tener algún grado de influencia en la presentación del funcionario.
En otro orden, y como estaba previsto, la Reserva Federal (Fed) dejó sin cambios los tipos de interés en la reunión de política monetaria que finalizó el miércoles, y no dejó margen para futuras acciones. Si habitualmente es ambiguo el comunicado, mucho más debía ser el de la víspera, a menos de una semana de las elecciones presidenciales.
Paradójicamente, si gana Hillary Clinton, la tasa puede que quede en el limbo actual de entre 0,25 y 0,5% durante mucho tiempo, habida cuenta de que incluso algunos miembros del FOMC pasarían a integrar el gabinete económico de la candidata. Si el triunfo es para Trump, la Fed se verá obligada a salir de este discurso, y llevar la tasa a no menos del 2,5% en corto tiempo.
El temor al triunfo de Trump, entonces, no es tanto por sus actitudes o dichos, que no forman parte de este espacio. El verdadero temor es que si gana Trump, se terminará la fiesta de emisión de dinero en gran parte del mundo. La mayoría de los Estados han optado por la cómoda variante de emitir dinero para cubrir déficit fiscal, con un dólar prácticamente regalado.
Por todo esto, creemos que el mercado de divisas no ofrecerá muchas variantes en estos días, excepción hecha de la libra esterlina. El euro podría perder posiciones en las próximas horas, sobre todo al quiebre de 1,1060, en cuyo caso 1,1030 y 1,0990 serán los soportes a seguir.
La relajación de la libra, que toma un tono alcista de corto plazo, también le quita presión alcista al yen, que cae en estas horas, luego de un fuerte alza en las últimas 48 horas.
La agenda del jueves incluye las peticiones semanales de desempleo, el ISM de servicios (dato más importante del día), y ya en la sesión asiática del viernes, el comunicado de política monetaria del Banco de la Reserva de Australia, que ya dejó sin cambios los tipos de interés, generando el último alza del aussie a principio de semana.