La incertidumbre es la duda o perplejidad que sobre un asunto o cuestión se tiene. De esta manera, se iguala a un estado de duda en el que predomina el límite de la confianza. Dentro de un estado de incertidumbre habrá una clarísima dificultad a la hora de efectuar un pronóstico sobre el futuro.
La noción de incertidumbre implica dificultad para hacer un pronóstico acerca del futuro. Desde el punto de vista estadístico, esto significa que es imposible determinar causas que hagan proveer un efecto específico, por lo que solo pueden considerarse aleatoriedad y probabilidades.
Cuando en una economía determinada se hace imposible considerar la evolución del futuro, los agentes económicos se vuelven reticentes a realizar inversiones y la primera consecuencia que se produce es un descenso del volumen comprador y un flujo de capital que sale de las Bolsas para dirigirse hacia los considerados activos refugio o bien hacia el bolsillo.
Nos encontramos en un momento ciertamente de incertidumbres. Se podría elaborar un listado muy amplio, pero no creo que sea necesario, basta con enumerar las principales:
- La desaceleración de la segunda mayor economía del mundo (China) afecta a todos los mercados, ya saben que nos encontramos en un mundo interconectado y globalizado.
- La caída de las materias primas lastra a muchas economías, principalmente la de los países emergentes.
- El incremento de los británicos partidarios de salir de la UE y la proximidad del referéndum (Brexit) que podría ser en el verano, está repercutiendo negativamente en la libra esterlina.
- El problema del petróleo, la no intervención de la OPEP, está fulminando a las economías de muchos países.
- El problema islámico, el terrorismo.
- La inestabilidad política en España ante la falta de un Gobierno sólido y estable, unido al tema secesionista catalán.
El inversor, como ser humano, no puede abstraerse de la realidad ni de los sentimientos. Los dos factores que predominan siempre son la avaricia y el miedo. La incertidumbre tiende a asociarse con el miedo, creando la atmósfera perfecta para que la presión vendedora inunde los mercados financieros.
Los mercados abren todos los días, es preferible ser más selectivo y realizar menos operaciones que estar cada dos por tres buscando oportunidades. No pretendan ser los primeros de la clase en entrar, esperen, tengan paciencia, que se confirmen las cosas, ya habrá tiempo de entrar.
Ahora todo el mundo está buscando desesperadamente dónde estará el suelo del mercado para poder comprar abajo del todo, más barato que nadie. Pobres ingenuos lo que piensan así, primero porque nadie puede saber nunca dónde estará el suelo, segundo porque denotan una inmadurez inusitada. Más les valdría a este tipo de personas dedicarse a otra cosa, al menos preservarían su capital.