Psicología de masas, decepción ante un suceso frustrado, descuento intenso del mercado. ¿Quiere de verdad entender todos estos temas para aprovecharlos la próxima vez y saber hacia dónde van los mercados?
Seguro que muchos de ustedes al leer el título del editorial de esta semana lo han entendido perfectamente, aquel famoso y viral vídeo de Youtube con la cría pequeña pintando y un pollito en la mesa a su lado.
El Banco Central Europeo se pronunció, en la mayoría de cuestiones no defraudó, pero en lo que de verdad importaba a los inversores sí. La entidad decidió no ampliar la cuantía económica del programa actual de compra de activos. como resultado, un jarro de agua fría para las Bolsas del Viejo Continente y fuerzas renovadas para la divisa comunitaria, aunque no debieran de acostumbrarse a este tipo de cambio entre el euro y el dólar, si todo transcurre con normalidad en breve debiera de desplomarse.
Pero esta semana la psicología de masas, que ya les expliqué en una ocasión reciente cómo funciona, volvió a actuar exactamente como lo hace siempre, como les expliqué, y créanme que merece la pena aprovecharlo, ¿o es que acaso piensan ustedes que tras años y años de asentamiento psicológico se va a cambiar así, por arte de magia, de la mañana a la noche?
Veamos las etapas de la psicología de masas ante hechos contrarios a lo esperado…
1ª Fase (expectativa y descuento): la inmensa mayoría de inversores dan por hecho o casi seguro que se producirá o no un acontecimiento, por lo que un tiempo antes comienzan a posicionarse en los mercados en función de esa expectativa o creencia. Como resultado de ello, los mercados se mueven en dicha dirección.
2ª Fase (la realidad es tozuda): llega el día, el momento, y resulta que nos topamos con la cruda realidad. El suceso tan esperado no se produce. No todo iba a ser tan sencillo y nadie dijo nunca que esto fuese fácil. El mercado siempre tiene la razón y ponerse cabezón contra él te arruinará, lamentarte y hacerte la víctima sencillamente es perder el tiempo buscando un consuelo o excusa en vez de asumir nuestra tozudez. El efecto es que los mercados se mueven con mucha fuerza en la dirección contraria a la esperada por la mayoría de inversores.
3ª Fase (mente caliente): debido a que las expectativas y la casi seguridad de que se iba a producir un evento no llegó a buen puerto, con la mente caliente los mercados se inundan de órdenes en la dirección contraria a lo que días y semanas anteriores se esperaba. Esto provoca que en la sesión del mismo día en el que el suceso no se produce, los mercados se muevan con mucha fuerza y volatilidad.
4ª Fase (mente fría): generalmente en esa misma sesión, más bien en la recta final (en el último tercio de la jornada) o como muy tarde en el primer tercio de la sesión siguiente, los inversores ya han asimilado lo sucedido, no es que haya pasado nada negativo o positivo, sino que al no producirse una acción muy esperada, la reacción fue desmedida y con una intensidad acorde a la expectativa previamente generada. En ese momento ya no hay temor o pánico, ni siquiera incertidumbre, y las órdenes vuelven a entrar, girándose la dirección del mercado con cierta intensidad, aunque generalmente menor que el día anterior.
¿Y qué sucede en estos casos?
Pues que los mercados suelen dirigirse la mayoría de las ocasiones a un primer objetivo definido, que se calcularía con las proyecciones de retrocesos Fibonacci de amplitud primaria y de tres rangos. El viernes les comenté a las 9 de la mañana el primer objetivo hacia donde iría el Dax y el Eurostoxx y al cerrar la sesión 13 horas después están ya cerquita.