"Desde hace unos días se producen bandazos extraños en valores muy concretos sin ton ni son. O eso es lo que parece. Con frecuencia, lo que parece no es y lo que es no es lo que parece. Los clientes que han entrado este año en la Bolsa, después de un largo período de ausencia, nos llaman sofocados y acongojados desde mediados de la semana pasada al observar cómo las ganancias que comenzaron a amasar en determinados valores, meros apuntes contables, se evaporan conforme pasan los días".
"Nada ha cambiado en el fondo, pero sí en la forma, resultados empresariales aparte. Ha cambiado el signo del partido y el terreno de juego, que ahora se desarrolla en la otra parte. Eso es lo que trato de explicarles a mis clientes, que la Bolsa, con frecuencia, es un partido de fútbol, que cuenta con dos períodos y dos porterías. El resultado final lo decide siempre el jugador número 12, en este caso, el cliente, que es el que cierra, abre o mantiene una posición. El partido puede durar años y años, pero siempre hay cambios en el marcador y en las parcelas del juego".
"En un mercado dominado por los extranjeros afloran sus hábitos y costumbres. Una de ellas es la de cerrar libros en las últimas semanas de octubre y en noviembre. Para cancelar o cerrar las cuentas de resultados, es necesario realizar ajustes (depreciación de los activos fijos, amortización de los activos intangibles, etc.) y conciliaciones (de cuentas bancarias), como dicen los manuales".
"El cierre contable implica, como primer paso, la regularización de las cuentas de gastos e ingresos para obtener el resultado del ejercicio. Esto permitirá saber cuánto se ha ganado o perdido en el periodo. Luego se debe regularizar las cuentas de patrimonio neto (si aumentó o disminuyó según las ganancias o pérdidas) y, finalmente, cerrar todas las cuentas con saldo para que el mismo sea igual a cero".
"Es decir, toda una liturgia que provoca movimientos imprevistos en muchos cambios, principalmente los que más han subido en el periodo de ejercicio de la contabilidad a la que aludo. Verán que en estos días son los valores que más han subido en el año los que más bajan ahora, porque se trata de amarrar las plusvalías ¡Más vale pájaro en mano...!".
"¿Cuánto dura este movimiento? Generalmente termina en noviembre y no en diciembre, como piensa la mayoría. En diciembre se abre otro ciclo, salvo que las expectativas empeoren y lo que ahora es un cierre de libros al estilo anglosajón se convierta en algo peor, que en estos momentos no demos detectado. Paciencia y esperar, pero siempre durmiendo con un ojo abierto y otro cerrado. Como las liebres".
(Parte del análisis que compartía ayer el analista jefe de una sociedad de Bolsa)