Este artículo se publicó en inglés el 10 de mayo de 2016
El anuncio de este fin de semana que indicaba que el veterano ministro saudí del petróleo Ali al-Naimi dimitirá del cargo que ha ostentado desde 1995 ha desencadenado una tormenta especulativa por parte de los medios de comunicación. La prensa digital ha afirmado que al-Naimi fue expulsado por el príncipe heredero sustituto de Arabia Saudí, Mohammed bin Salman para consolidar su poder, o que fue despedido para librarse de la oposición al nuevo Plan de Transformación Nacional de Arabia Saudí.
Estas controvertidas teorías sobre el petróleo podrían convertirse en un cebo para lectores online, pero no reflejan la realidad de Arabia Saudí. Los inversores no deberían interpretar volatilidad, reversiones en la política monetaria o rápidos cambios en este movimiento, y aquí tenemos cuatro razones:
1) Jubilación, no cese
Ali al-Naimi tiene más de 80 años, y aunque goza de una salud particularmente buena para su edad (hay un video de él después de su paseo diario de 10 km. que ha dado la vuelta a Twitter), su cansancio en cuanto a las obligaciones de su cargo ha sido evidente este año. El pasado enero, tras la muerte del rey Abdullah, aparecieron informes que indicaban que quería retirarse, pero el rey Salman le convenció para que se quedara durante el periodo de transición. Puede que el brusco anuncio de Salman de este cambio ministerial ‒promulgado mediante Real Decreto‒ haya sido menos diplomático de lo que está acostumbrado Occidente, pero los saudíes no han hecho más que ser francos
2) Ni un solo burócrata en la directiva de Aramco
Históricamente, la política monetaria de Arabia Saudí depende del acuerdo entre el rey, sus consejeros y una serie de burócratas. Ali al-Naimi ha sido ministro del petróleo los últimos 21 años y por lo tanto, tiene bastante influencia. No obstante, no ha controlado la política petrolera él solo. Ha trabajado con presidentes de Aramco, directores de Aramco, varios burócratas, consejeros reales, miembros de la familia real y ‒no menos importante‒ los tres reyes que han estado al frente de la monarquía durante el largo mandato de al-Naimi's como ministro del petróleo. Ninguna política petrolera, ni siquiera la actual política de altos niveles de producción y bajos precios, ha dependido de al-Naimi.
3) Heredero a la espera
Nacido en 1960, Khalid al-Falih, el nuevo ministro del petróleo, ha sido el presunto sucesor de al-Naimi desde hace varios años ya. Su incorporación al cargo de ministro del petróleo se había indicado claramente por parte de la monarquía saudí. Fue director ejecutivo de Aramco de 2008 a 2015 y, como tal, se esperaba que sucediera a al-Naimi. Como director ejecutivo, se daba por hecho que sucedería a al-Naimi en el ministerio del petróleo, igual que al-Naimi había sido director ejecutivo de Aramco antes de ser ministro del petróleo.
En una ligera desviación, cuando el rey Salman llegó al poder el año pasado, colocó a al-Falih en el Ministerio de Salud. En Arabia Saudí todo el mundo sabe que, si quieres que algo se haga bien, hay que contratar a Aramco, y a al-Falih se le contrató específicamente para que trajera consigo la eficiencia característica de Aramco a un ministerio que había sufrido graves problemas sistémicos de gestión que se pusieron de manifiesto en su pobre respuesta al estallido del síndrome respiratorio de Oriente Próximo.
Sin embargo, la conexión de al-Falih con la industria petrolera siguió siendo fuerte todo el tiempo. Aunque, siendo ministro de Salud, al-Falih dimitió como presidente de la junta de Aramco, y al-Naimi ocupó su lugar. Al-Falih continuó también viajando y compareciendo acerca de la política petrolera de Arabia Saudí ante los medios de comunicación como el Wall Street Journal y el Financial Times.
4) Continuidad generacional
La creciente presencia del joven príncipe heredero sustituto de Arabia Saudí, Mohammed bin Salman, ha suscitado una considerable especulación acerca de si era responsable de los últimos cambios. ¿Está intentando limpiar la casa e instalar nuevos ministerios que le sean leales, así como sus políticas potencialmente radicales?
Eso es poco probable teniendo en cuenta la cantidad de influyentes burócratas y consejeros que quedan todavía. Ali al-Naimi permanecerá en el Gobierno como uno de los consejeros de confianza del rey Salman y, por supuesto, al-Falih había sido director de Aramco y miembro del círculo íntimo del rey durante mucho tiempo. No hay indicios de que estos veteranos saudíes profieran especial lealtad a Mohammad bin Salman o que sientan especial predilección por ninguna de las políticas nuevas que él pudiera preferir (es más, no se ha demostrado que pretenda hacer cambios significativos en la política petrolera).
Naturalmente, el mercado del petróleo guarda cierto temor ante la juventud y falta de experiencia de Mohammad bin Salman, como muchos saudíes. Por eso algunos tecnócratas de alto standing como Ali al-Naimi, Khalid al-Falih, y Amin al-Nasser (actual director de Aramco) siguen siendo los consejeros de más confianza del rey Salman, el príncipe heredero bin Nayef, y el joven Mohammad bin Salman. Los dos últimos, ambos mayores de 50 años, ayudarán a guiar la política petrolera del reino durante muchos años.