Cuando todos daban por muerta a la soja y hablaban de patrones bajistas en los gráficos con formaciones del tipo “head and shoulder's” (hombro-cabeza-hombro) el clima en EE.UU. empezó a flaquear y el precio volvió a afianzarse, lo que puede ser una nueva consolidación, de varias que ha tenido, que le permita tomar fuerza y alcanzar máximos históricos.
A nivel técnico la soja viene con una tendencia alcista desde agosto del año pasado pero a comienzo de mayo el precio comenzó a operar lateralizado en un rango de 100 centavos (1.500-1.600). Lo que a principio parecía un cambio de tendencia ahora parece ser una sólida consolidación para llegar a niveles de 1.800 centavos por bushel, no sin tener correcciones de precio y alta volatilidad. Pero si el clima en EE.UU. empieza a mejorar y llueve lo necesario, se puede mojar la pólvora y quedarnos sin explosión de precio.
Si bien no estamos transitando los meses críticos a nivel de falta de lluvias, estamos a muy poco de hacerlo y si los pronósticos no empiezan a mostrar agua el mercado se puede recalentar y tener fuertes subas. Algunas zonas productivas de soja están secas y precisan agua. Aunque en otras zonas las condiciones son muy buenas y que no llueva ahora es positivo para que las raíces de la recién sembrada soja no sufran exceso de agua.
Desde el punto de vista del productor es conveniente hacer cobertura de precio con opciones put a una porción de la producción propia estimada, de esta manera se deja abierto el precio del grano físico a la suba. Justamente hay que usar esta información para las decisiones comerciales y de esta manera poder mitigar el riesgo precio que nos permita navegar a largo plazo en este complejo negocio que es la producción agropecuaria.
Es importante analizar el contexto de este boom de la soja: el petróleo está al alza y otros commodities han alcanzado máximos históricos de precio, incluso el aceite de soja lo ha hecho. El dólar no se valoriza, lo cual sostiene el precio de la materia prima. También hay expectativas de un aumento del consumo por una potencial evolución positiva de la pandemia.
Por último hay que destacar que las perspectivas para la próxima primavera en América del Sur arrojan un potencial desarrollo de una fase fría en relación al fenómeno de El Niño lo cual genera lluvia por debajo de lo normal. Esto es algo para monitorear de cerca ya que de extenderse al verano 21/22 puede influir (alcista) en el precio de la soja a mediano plazo y largo plazo.