Si las bolsas globales seguirán cayendo o no, sinceramente no lo sé. Pero lo que descubrí es que, en lo que va del año, un activo al que se lo daba por muerto ha resurgido como reserva de valor. Es indispensable tener algo del mismo en su cartera.
En los catorce años que llevo trabajando en inversiones nunca había visto nada igual. Jamás pensé que podía ser real. Es totalmente contra intuitivo.
Quién en su sano juicio podría depositar un dinero a plazo en un banco para recibir una menor cantidad al vencimiento de la operación. Sí, hablo de menos dinero del que se invirtió originalmente. No estoy loco, pero hay gente y entidades que así lo hacen en la actualidad. ¿Tiene sentido acaso?
Si consideramos las variables en términos nominales no tiene ningún tipo de cordura un comportamiento de estas características. Pero si ya nos referimos en términos de variables reales, donde entra en juego la inflación, esta dinámica comienza a tener sentido.
En los procesos de alta inflación, un individuo busca mantener el poder adquisitivo de su dinero o ahorro, invirtiéndolo. De esta manera, si uno invierte el dinero y obtiene un retorno mayor a la tasa de inflación, entonces con ese monto podrá comprar más bienes y servicios al finalizar la operación. En concreto, esa persona estará ganando poder adquisitivo.
Hasta aquí está claro.
Pero si la misma persona hace un depósito a plazo fijo y al finalizar el mismo recibe menos dinero porque las tasas de interés son negativas, ¿va a perder poder adquisitivo?
Sí, en caso de que la inflación sea positiva. No, en caso de que la inflación sea negativa. O bien, en términos económicamente más profesionales, que haya deflación.
Si hay deflación, el nivel general de precios cae. Y aun teniendo menos dinero en el bolsillo en el futuro, es posible que pueda comprar más bienes y servicios porque han bajado de precio más que proporcionalmente.
¿Por qué le cuento esto? Para que entienda en el mundo que nos movemos hoy.
Las principales economías desarrolladas están con un gran pánico ante la posibilidad de que caigan en una deflación generalizada. Y las medidas que están tomando son tan increíbles que ni hasta yo mismo lo esperaba.
Los bancos centrales de Suecia, Suiza, la Unión Europea y Japón tienen tasas de interés de referencia negativas. Esto quiere decir, una vez más, que si uno deposita dinero en un plazo fijo, recibirá menos plata al vencimiento del mismo.
Así de frágil está el mundo hoy.
Y si le sumamos la torpeza cometida por la Reserva Federal de subir los tipos de interés en un momento de extrema fragilidad y la desaceleración de la economía china, la segunda más grande del planeta, las perspectivas de corto plazo no lucen buenas.
Pero veamos el aspecto positivo de este sombrío panorama.
Un activo que parecía destinado al ocaso y que ha sido despreciado desde 2012 en adelante, trata de ponerse de pie y recuperar su característica principal de reserva de valor.
Desde comienzos de año, a medida que más caían las bolsas globales, el oro comenzó su escalada alcista. Mientras que muchos índices bursátiles presentan pérdidas de hasta dos dígitos en los primeros 45 días del año, el oro ha registrado una suba del 14%.
No es un dato menor.
Y no me estoy refiriendo a la magnitud del alza que registró el commodity, sino al comportamiento intrínseco que tuvo, en dirección opuesta a los mercados accionarios. El oro intenta volver a relucir como reserva de valor.
¿Qué significa esto?
Que cuando el pánico y la desconfianza arrecian, los inversores buscan refugio en los activos más seguros. Y el oro, que había dejado de ser considerado como reserva en los años previos, parece resurgir nuevamente.
De cara a los próximos meses, creo que la escalada alcista puede continuar. De manera lenta, por supuesto, pero persistir al fin. Me baso en esto a partir de la debilidad futura que pronóstico para el dólar estadounidense. La principal economía del mundo crece por debajo de su potencial y eso llevará a la Reserva Federal a acoplarse al resto de los bancos centrales en sus políticas de aplicar tasas de interés con tendencia decrecientes.
No estoy diciendo de invertir todos los ahorros en el metal, pero sí tener hasta un 10% del mismo como una cobertura para sus inversiones. Pague la prima de riesgo, pero asegure su portafolio.
Es mejor estar cubierto ante evento indeseados que ser capturado por la crisis en forma desprevenida.