"Todo parecía ir bien. Mis números eran buenos, que digo buenos, ¡espectaculares! Mi mentor me indicó la conveniencia de pasar a real y lo hice con una sonrisa en los labios pues todo estaba controlado… o eso creía yo. El paso a real me mostró lo complicado de esta profesión. Perdía mucho y ganaba muy poco, justo al revés que en simulado y no lo entiendo porque yo hago lo mismo."
¿Se siente identificado con la experiencia del párrafo anterior? Tanto si la respuesta es sí, como si aún no ha empezado a operar y está pensando que eso no le pasará a usted de ninguna de las maneras, puede que este artículo sea de su interés.
EXCUSAS AL MAL DESEMPEÑO
Supongamos que usted ya ha terminado su período de formación teórica y práctica. Ha obtenido de forma regular unos números que invitan a dar el salto a real. Después de sus primeras semanas en real, aquellos buenos números se han tornado mediocres y la inseguridad y la desconfianza comienzan a hacer acto de presencia. Lo primero que suele venir a la mente del trader novato es buscar culpables. Los sospechosos habituales suelen ser:
1.- EL MERCADO. Los argumentos suelen ser de lo más variados. Desde el inocente, “he empezado en real en una semana con una volatilidad muy alta”, hasta el delirante, “saben dónde pongo los stops y van a por mí. El mercado me tiene manía”. Bueno, déjeme decirle que el mercado ni siquiera sabe que usted existe. Los trader retails somos menos que una gota en el océano. En cuanto a la excusa de la volatilidad, no sirve, ya que los períodos de volatilidad más elevada son algo inherente al propio mercado y que, por tanto, debe estar contemplado en su plan de trading.
2.- EL SISTEMA. Algo va mal en el sistema porque usted cree que lo está haciendo todo exactamente igual que venía haciéndolo en simulado, así que hay algo en el sistema que cuando pasa a real deja de funcionar.
Estos dos, mercado y sistema, suelen ser los malos de la película para el trader novato. Según dicen, en el trabajo siempre debemos echar la culpa a otro, pero en esta profesión estamos solos, así que hay que buscar culpables y estos dos (mercado y sistema) no van a poder defenderse porque no hablan.
Y ahora, volviendo a la seriedad, el único culpable de un mal desempeño suele ser el propio trader. Asumir la responsabilidad (hablamos de la responsabilidad como barrera de entrada interior en este artículo) y buscar los fallos en nuestro yo interior es un camino que nos va a proporcionar un crecimiento y aprendizaje mucho mayor, pero nuestro ego se va a mostrar muy reacio a pasar por la vergüenza de no sentirnos como un ser superior. Debemos vencer esta resistencia y ser sinceros con nosotros mismos, en definitiva, debemos asumir la responsabilidad de nuestros errores con humildad. Recuerde que todos tenemos cadáveres en el armario.
LO QUE QUIERE NUESTRO CEREBRO
Si ya tenemos bien asumido que somos los únicos responsables de lo que hagamos en el mercado, deberíamos hablar un poco de porque ese cambio a la baja en nuestro desempeño cuando pasamos a real. Ya hablamos sobre que la gran diferencia entre simulado y real radica en la presión (fue en este artículo). Es muy probable que, si analiza honestamente sus entradas y salidas en real, se dé cuenta cómo se dilata el tiempo de toma de decisiones con respecto a cómo lo venía haciendo en simulado. Puede que tan solo sean segundos, pero los segundos en scalping pueden tener una importancia absolutamente decisiva en el resultado final. En simulado pulsaba el botón sin pensar y sin temor, pero en real esto cambia y, por lo tanto, aunque usted no lo perciba, está cambiando el sistema con el que opera. Y que decir cuando las decisiones hay que tomarlas tras una racha negativa. Se forma una bola de nieve emocional que puede, incluso, dejarnos paralizados ante el gráfico.
El trading es una profesión que choca directamente con las pretensiones de una mente estándar. La mente que los humanos traemos de serie quiere saber qué es lo que va a acontecer para así tener el control de la situación, en definitiva, lo que busca nuestro cerebro es la certidumbre. Esto es todo lo contrario a lo que ofrece el trading. Dese cuenta que la incertidumbre comienza desde el momento en que usted decide formarse como trader y le aclaro esto con una comparativa. Cuando vamos a la universidad sabemos que, al finalizar nuestra carrera, obtendremos un título que nos acreditará unos conocimientos adquiridos y esto nos facilitará (por desgracia, no siempre, ya lo sé) el acceso a un puesto de trabajo. En cambio, el estudiar los mercados financieros, ya sea de forma autodidacta o a través de cursos o másters universitarios, no garantiza que usted vaya a ser rentable. Aquí comienza la incertidumbre, puede que no de forma consciente, pero reflexione acerca de esto y se dará cuenta de que es así.
LO QUE NUESTRO CEREBRO HA DE ASUMIR
La mente de un trader ha de configurarse de distinta forma. Ha de ser una mente que entienda que se adentra en un entorno de incertidumbre donde se trabaja en base a probabilidades y no a certezas. Anote ambas palabras; incertidumbre y probabilidades.
En el mercado no cabe la duda una vez llegado el momento de actuar. En el mercado se ejecuta un sistema previamente testado y que sabemos de antemano que dará algunas operaciones negativas. La duda cuando ve una operación que cumple con las normas de su sistema puede deberse a dos motivos:
1.- Aún no ha interiorizado su sistema.
2.- Su mente no acepta la incertidumbre del resultado.
El primer motivo tiene una fácil solución, pues basta con estudiar y practicar más el sistema hasta que lo domine por completo o simplemente cambie de sistema. El segundo motivo es más peliagudo y nos lleva a la necesidad de cambiar nuestra mentalidad.
Para llevar a buen puerto ese cambio hay que reconocer la existencia del problema, entender que la causa de su mal desempeño no es el sistema, ni el mercado; la causa es usted mismo. Su mayor enemigo en el mercado es usted, está en su interior. Puede que en otras áreas profesionales haya tenido éxito y esto le haga una persona con una gran confianza en usted mismo, pero eso no le sirve ante el mercado. El mercado tiene sus propias reglas y ha de aceptarlas.
El trabajo real a realizar es trabajar en su mente, en lograr disponerla para que esta se mueva en un entorno de probabilidades. Para ello es esencial la gestión emocional ya que una mente centrada y con control sobre el miedo, la euforia, rabia, etc., es una mente con una mayor predisposición a una adecuada toma de decisiones.
Deje las excusas a un lado. Apunte con honestidad todos sus errores de operativa y busque la raíz emocional de los mismos. Así encaminará sus pasos hacia una mejora paulatina.