Las exportaciones de bienes y servicios son el componente de la demanda agregada que ha dado más sorpresas positivas durante el actual período de crisis en España.
Las exportaciones españolas, que ya mostraron un excelente comportamiento relativo de 1999 a 2007, han amortiguado considerablemente la caída del PIB y se han convertido en verdadera palanca de salida de la crisis para muchas empresas. Hasta la fecha es el único componente de la demanda agregada que ha superado con holgura su valor previo a la crisis.
En contraste con otras países industrializados, desde 1999 hasta 2011 la cuota de exportaciones españolas sobre el comercio mundial apenas cayó un 8,9%, como en Alemania, economía en la que los precios relativos de las exportaciones se comportaron más favorablemente
Este buen comportamiento relativo de la cuota de las exportaciones españolas ha ido en paralelo a una mayor diversificación geográfica (hacia mercados emergentes y de rápido crecimiento –EAGLEs-), y productiva (hacia sectores con una mayor complejidad y capacidad de extender la exportación a otros bienes y sectores). En ambas características la composición sectorial de las exportaciones españolas de bienes sobresale claramente por encima de la media mundial.
Los factores que explican ese proceso de internacionalización se pueden recoger en dos categorías interconectadas
Por un lado, se encuentran las decisiones sobre los factores de producción, tal y como son el tamaño de empresa, la inversión en capital físico, la calidad del capital humano empleado, y el gasto en I+D y en adopción de tecnología extranjera. Por otro, se encuentran las decisiones sobre estrategias de mercado y financiación, tal y como son los esfuerzos por la diversificación productiva y la innovación sobre el producto ya comercializado, y la búsqueda de financiación alternativa a la disponible en los canales bancarios tradicionales, incluida la participación de capital extranjero.
Las políticas de internacionalización deben ser centrales en una estrategia de crecimiento a medio y largo plazo con medidas de crecimiento efectivas El marco institucional de funcionamiento de la economía ha de esforzarse en mejorar continuamente el entorno en el que se mueven las empresas en una doble vertiente: los mercados de factores productivos (mercados de trabajo y de capitales, y acceso a nuevas tecnologías e innovaciones productivas) y los mercados de bienes y servicios.
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