Brilante reflexión, como siempre, la que hacía Sefuelix@Sefuelix hace unas semanas: Llevo leyendo y escuchando a profetas del apocalipsis desde que tengo uso de razón. Por algún lado de mi biblioteca está "The great crash of 1990", de Ravi Baatra. Como diversión están bien. "Roubini, Krugman, Shiller, Summers, Wolfers, Stiglitz y algunos más, incluidos dos o tres economistas españoles, tienen columnas diarias en medios prestigiosos de comunicación y suman miles de seguidores en Twitter. Escriben de lo humano y de lo divino. Como auténticos telepredicadores, muchos de ellos, han vaticinado, sin éxito, colapsos en las finanzas mundiales, quiebras de bancos, aumentos estratosféricos del paro, guerras por doquier, auge de los populismos, el fin de Internet, el desplome de los valores tecnológicos y, claro está, un gran Crash de las Bolsas. Llevan más de 10 años predicando el Apocalipsis, porque saben que las malas noticias venden más que las buenas noticias. Los humanos somos acojonados por definición".
"Sufrimos episodios de pánico, tenemos miedo. Los humanos no valoramos las cosas buenas, porque consideramos que eso debe ser siempre así. Sufrimos con un miserable dolor de buenas y no valoramos los largos periodos de bienestar. Estimado director, yo soy uno de los grandes idiotas que han seguido a muchos de estos agitadores del pánico. Llevo escondido en el zulo, en la miseria, diez años. El error más grande de mi vida ha sido este: creer a pies juntillas en los economistas del Apocalipsis. Le dejo algunos gráficos. Sobras las palabras", me reescribe Alfredo S. Dopico, que añade:
"Esperar un crash del mercado es una muy mala estrategia". Eso dicen los sabios: esperar un crash del mercado es una muy mala estrategia, como pueden ver en el gráfico adjunto. ¿Y si sucede? Los sabios y estudiosos de los mercados resucitan en los últimos meses decálogos de inversión, que siguen vigentes ¡quién lo iba a decir! tras el paso del ciclón tecnológico y del dominio de las máquinas y sus algoritmos. Uno de ellos, el que perdurará por los siglos de los siglos es el referido a las grandes oportunidades de inversión que brindan los crash y los colapsos financieros, y, al revés, que la complacencia y la euforia conducen al crash y a los colapsos. Cuando rugen los tambores compro más, aunque me asustan mucho los grandes problemas de fondo de la Economía Global y el gallinero político de aquí y de allá.
"Tengan bien engrasado el gatillo y presto el dedo para disparar cuando vean un rayo de sol dentro de un edificio, el de la Bolsa, que amenaza ruina. Lo he visto en numerosas ocasiones en estos cuarenta años de experiencia bursátil. Nunca duerma presa del miedo ni del pánico. Recuerde la ley del péndulo, que tanto se da por estos lares. Recuerde que las dos grandes fuerzas que mueven los mercados son la codicia y el miedo. Ahora no será diferente".