Con la inflación enfriándose desde sus recientes máximos, toda la atención se ha centrado en cuándo podría la Reserva Federal (Fed) recortar los tipos de interés oficiales. Pero, mientras tanto, el banco central ha estado haciendo algo sutil pero crucial que mucha gente ha pasado por alto: elevar sus estimaciones para el tipo de interés "neutral" a largo plazo.
El tipo de interés neutral a largo plazo es la cantidad de interés que mantiene la economía más o menos equilibrada, ni demasiado caliente ni demasiado fría (salvo contratiempos). Es esencialmente un sustituto del tipo de interés real, el tipo ideal que equilibra el ahorro y la inversión sin descontrolar la inflación. Y sienta las bases de hacia dónde se dirigen los tipos de interés.
En los últimos seis meses, los funcionarios de la Reserva Federal han aumentado sus expectativas para este tipo neutral. Si excluimos los valores atípicos de sus previsiones, la estimación del punto medio ha subido por encima del 3% y la mediana también.
Sigue siendo relativamente bajo, pero lo que indica es que la era de los tipos de interés ultrabajos podría haber llegado a su fin. Y no es del todo sorprendente: después de todo, las cinco grandes tendencias que están configurando el panorama macroeconómico a largo plazo (productividad, cambio climático, envejecimiento, multiglobalización y deuda) apuntan todas ellas hacia una creciente necesidad de tipos de interés más altos.
Es importante. Los tipos de interés son un factor determinante de casi todos los precios de los activos, por lo que un cambio podría tener grandes implicaciones para nuestras cartera. Por ejemplo, las inversiones que prosperaron durante la pasada década, como los activos financieros y las acciones de crecimiento, pronto podrían quedar relegadas a un segundo plano frente a los valores de la economía real y las acciones de valor. Y las empresas pequeñas y arriesgadas con grandes necesidades de financiación podrían seguir luchando, mientras que los valores de alta calidad con un fuerte poder de capitalización podrían seguir obteniendo mejores resultados, a pesar de sus ya elevadas valoraciones.
Así pues, celebremos los recortes del tipo de interés oficial de la Reserva Federal cuando se produzcan, pero no perdamos de vista el panorama general y asegurémonos de que nuestras carteras están preparadas para afrontar un entorno económico a largo plazo potencialmente muy diferente.